miércoles, 10 de septiembre de 2025

PORQUE SOMOS PASADO, SEAMOS EFECTOS QUE ACTÚAN SOBRE SUS CAUSAS


José Ignacio Fernández del Castro

«Tiene un pasado que no es suyo, por decirlo de algún modo. No será fácil devolverlo a la vida. Tendremos que hacerlo entre todos.» Charlotte DELBO 
(Vigneux-sur-Seine, Essonne, Isla de Francia, 10 de agosto de 1913 – París,  1 de marzo de 1985): 
Auschwitz et après I: Aucun de nous ne reviendra (1965).

Somos más que herederos de nuestro pasado... Somos, para bien o para mal, por armoniosa sintonía o por rechazo discordante, nuestro pasado.
Por eso cuando recordamos un pasado que no sentimos como propio estamos como flotando fuera de la vida... Individuos flotantes sin nada a qué agarrarnos, sin anhelos concretos que nos impulsen por camino alguno, sin fuerzas específicas que tiren de nosotros en cualquier dirección, veremos pasar la vida como algo absolutamente hueco y azaroso, carente del más mínimo sentido (así, en pequeña escala, nos sentimos con frecuencia después de un verano de cómodas vacuidades en las que se diluyen nuestras raíces).
Por eso es tan importante la memoria del pasado, la recuperación constante de nuestras huellas y reliquias, de nuestros vestigios y señales para, por asunción o rechazo, por evolución o ruptura, sentirnos algo con entidad propia... Sentirnos, en definitiva, seres humanos.
Sin memoria del pasado no somos nada, pero sin una vivencia nítida de ese pasado como propio, tampoco.
Cuando tal vivencia se difumina o se pierde, se va también el sentido del ser... Tal vez, más allá de la concreción de una crisis económica, lo que está sucediendo es que el sistema de explotación y consumo ha logrado diversificar las fuentes de alienación hasta provocar una pérdida generalizada de la vivencia del pasado.
sin pasado sólo somos capaces de realizarnos y manifestarnos como sujetos en cada acto concreto e inmediato, sin ayer ni mañana (según el modelo de consumo en los mercados capitalistas)...
Recuperar el pasado perdido o enajenado requiere una acción develadora, convergente y continuada del entorno sobre un sujeto... Ahora bien, ¿qué sucede cuando la eliminación de esa vivencia personal del pasado se globaliza, se universaliza?. El mundo cae en un vacío normativo y una desconexión social por las que es posible (y hasta tolerable), por ejemplo, sentirse un pueblo elegido, deshumanizar al ajeno y, en consecuencia, eliminarlo sin remordimiento (al estilo Netanyahu), mientras el personal mira para otro lado como si la cosa no fuera con ellos… Ante esa anomia insoportable sólo podemos intentar ser efectos que actúan sobre sus causas. Para hacerlas visibles.

GRITOS CON CITA Y GLOSA (XL) DdA, XXI/6098

No hay comentarios:

Publicar un comentario