Félix Maraña
Matar después de sufrir
Matarlos no es suficiente,
dice un ministro sionista,
un tipo nazi y fascista,
un tipo vil y corriente,
un asesino inhumano,
un tipo tan cruel e insano
que sus palabras lastiman,
palabras que lo incriminan,
qué miserable gusano.
¿Ministro del Patrimonio?
¿Cómo es posible que un hombre,
un cargo público nombre
y diga tal testimonio?
Este es el mismo demonio.
La naturaleza muerta
que pone llave en la puerta
del pueblo de Palestina.
Una tarea asesina
que envenena y desconcierta.
¿Dónde el fiscal de La Haya?
Un tribunal que castigue
a quien con saña persigue,
un criminal de tal laya,
repugnante donde haya.
Una herida en la conciencia
del mundo y su convivencia.
Una agresión en la vida
de un pueblo al que un genocida
aplasta con su violencia.
¿Se sabe algo de Europa?
Su condena de palabra
contra guerra tan macabra,
es condena por la boca,
pero de pronto se topa
con las fábricas de guerra
que arrasan toda la tierra
de Cisjordania y de Gaza.
Israel es la amenaza
que mata, aplasta y aterra.
En las Naciones Unidas,
unos tipos bien vestidos,
bien pagados y aplaudidos,
ven cómo pasan los días
y se cobran nuevas vidas
por una acción criminal
de Israel que, en su crueldad,
sigue matando inocentes.
Y los países pudientes
vetan todo sin piedad.
[Amichai Eliyaju, ministro del Patrimonio de Israel, cree que matar está muy bien, pero que antes es conveniente torturar y hacer sufrir a los palestinos].
DdA, XXI/6067
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