viernes, 11 de julio de 2025

LOS PUEBLOS, EL HILO QUE NOS CONECTA CON LO QUE SOMOS Y FUERON


No deberíamos despreciar o menospreciar nuestros orígenes, la despensa de la vida, porque quizá tengamos algún día que volver a recurrir a ella para vivir.

María Pérez

Nos sacaron de los pueblos, nos vendieron una efímera felicidad y una falsa comodidad en las ciudades, nos cegaron con las luces, con trabajos en oficinas sin trajes de faena, con corbata y maletín, sueldos fijos y horarios, envuelto en una libertad ficticia. Ahora, nuestra generación siente en sus carnes como todas esas historias que vendieron a nuestros padres y abuelos, hacen aguas y rebuscamos en las raíces para encontrar respuestas y sentirnos menos perdidos. Han conseguido que sigamos trabajando de sol a sol, pero ahora lo hacemos encerrados en paredes de pladur, mirando pantallas, respirando aire artificial y sobreviviendo con platos precocinados en habitaciones compartidas, pagando gildas a tres euros y atiborrados de pastillas para no sentir. Ahora, que el castillo de naipes se ha venido abajo, vemos cómo una generación, que es la mía, va despertando poco a poco y tira de ese fino hilo que aún nos queda vivo y nos conecta con lo que somos, y lo que fueron. Quiero pensar que aún hay esperanza, y que quizás no es tarde para volver a volver.

DdA, XXI/6.038

No hay comentarios:

Publicar un comentario