Soy el piernas de La Mancha,
soy apenas un quijote
para unas piernas de zote,
protege mi pierna ancha
del enemigo en la guerra.
No habrá rincón en la tierra
que pueda con mi armadura,
mientras me crea en locura
quien lo desconoce y yerra.
Quien necio piensa y se aferra,
guiado de lenguas malas,
quien da a la mentira alas,
mientras la verdad destierra.
Quien hace la vida perra
y endurece su andadura,
es quien padece locura
y a ésta le llama sueño.
Será dislate pequeño
pero merma su hermosura.
Me considero ese piernas
que en las tardes del teatro
tiene espectadores cuatro,
y por unas luces tiernas
tropieza por las tabernas,
títere de poca monta,
pero levanta y remonta
y cumple con la función.
Cuando se baja el telón
el aplauso es lo que importa.
Por carecer de quijote
en la batalla, en Lepanto,
vi con horror, con espanto,
por eso tengo ese mote,
y fui curado a peyote.
Desde entonces soy el manco
de Lepanto, ese vivanco
que sufrió cuando perdía
el brazo que presumía
pero tiene el otro franco.
Con este brazo y la pluma
de ave, tal vez milano,
he sacado de mi mano,
con relativa fortuna
una novela oportuna
para celebrar mis sueños.
Y mi enemigo, risueño,
lanza críticas y puya,
esperando se destruya
mi novela en el empeño.
No hay enemigo pequeño,
se sabe desde la cuna,
porque escrito está en la luna,
hombres de peludo ceño
son tontos por más empeño
de su madre ya en el parto.
Y, mi señor, estoy harto
de aquesta zalamería,
creo en la caballería
cuyas ideas comparto.
Sé bien que mis ideales,
me han procurado alegrías,
ilusión para esos días
en que te vencen los males,
mas si te empeñas tú sales
y la luz corre en tu ayuda
y la verdad se desnuda
para deshacer entuertos.
Es la verdad de los muertos
que se manifiesta cruda.
Ya vendrán tiempos mejores,
con otros aires sin dueño,
que la vida no es un sueño,
por más que tantos horrores,
causados por mil errores
aparezcan en el mundo,
ya lo diga Segismundo,
cualquier otro personaje.
Estamos y en este viaje
puedes rey o vagabundo.
Si te llagan con espinos
en las piernas y en las manos,
si pudren y sus gusanos
corrompen tus intestinos,
si con buen trago los vinos
no te salvan porque curan,
si unos caldos te procuran
fuerzas para remontar,
no debes desesperar
porque mejora aventuran.
[Quijote: "Hombre que actúa anteponiendo sus ideales a su interés y en defensa de causas que considera justas"].
DdA, XXI/6054
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