viernes, 9 de mayo de 2025

UNA BENDICIÓN URBI ET ORBE SIN PALABRAS PARA EL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO

 

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Lazarillo

En algo sí acertó Trump al autoerigirse icónicamente en papa hace unos días, según pudimos ver en las redes sociales: León XIV es norteamericano de Chicago, por más que se insista en su otra nacionalidad peruana y su ascendencia franco-española. No es el cardenal estadounidense que Trump habría deseado en el trono del apóstol  Pedro, habiéndolos como los hay de su cuerda en aquel país, pero es compatriota, y aunque se nos repita su afinidad con Francisco, por quien fue nombrado purpurado, y la posibilidad de que sea su continuador, que un nuevo pontífice reparta la bendición urbi et orbe sin que tenga una sola palabra para el genocidio que se perpetra en la tierra donde nació su dios, me parece de una sospechosa cobardía, inadmisible por más que haya repetido la palabra paz. Tanto Netanyahu como Donald Trump estarán satisfechos de que en esto, al menos, León XIV no se parezca a su predecesor.

EL DIARIO EL PAÍS Y LA ELECCIÓN DE JUAN PABLO II


Con motivo de la elección de Juan Pablo II, el diario El País publico en su día que los polacos lo definen como moderadamente progresista, coincidiendo todos en señalar su identificación con la línea de Juan XXIII, continuada por Pablo VI, de quien el elegido fue amigo. Era el contrapeso al primado de Polonia, el cardenal Wyszynski, marcadamente conservador. "Los expertos- también se decía- consideran su colaboración con el régimen socialista de su país o, cuando menos, su falta de animosidad beligerante". Las hemerotecas deberían ser consultadas por tantos enviados especiales como los que nos han abrumado estos días desde Roma.

DdA, XXI/5.982

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