martes, 6 de mayo de 2025

SE CONSPIRA PARA UNA IGLESIA/CISTERNA DE AGUAS MUERTAS, SEGÚN LEONARDO BOFF

El cofundador de la teología de la liberación, Leonardo Boff, propone para papa sucesor de Francisco al cardenal de Manaos Leonardo Ulrich Steiner (1950), destacado por la defensa de los pueblos originarios, que se enfrentó  con el expresidente brasileño Bolsonaro por dejar morir a mucha gente de Covid-19, en especial por dejar los hospitales sin oxígeno. Boff está convencido de que Ulrich, de ser elegido, elegiría el nombre de Francisco II y aportaría oxígeno a la iglesia católica.

Cardenal Leonardo Ulrich, el papable de Boof

Félix Población

Habrá quien recuerde a Leonardo Boff, el filósofo, teólogo y ecologista brasileño, padre de lo que se dio en llamar teología de la liberación católica en América Latina, y a quien tuve el gusto de escuchar y saludar hace muchos años en Salamanca. En vísperas del cónclave cardenalicio que decidirá el nombre de próximo papa, nadie mejor que él, autor de un libro titulado Francisco de Asís y Francisco de Roma, una nueva primavera en la Iglesia, para sondear qué perspectivas avizora a partir de la trayectoria marcada por el pontífice argentino, a quien Boff conoció en Buenos Aires en 1972, sin que llegarán a reencontrarse después, aunque mantuvieron todos estos años una cariñosa correspondencia. 

Según leo en una crónica de Washinton Uranga, publicada ayer en el diario Página/12, Leonado Boff se atreve a pensar que como la mayoría de los católicos viven fuera del ámbito europeo, es posible que "los papas después de Francisco se elijan entra las Iglesias nuevas, capaces de dialogar con las demás religiones y  de vivir la nueva situación de la humanidad, habitando la única  Casa Común". En Europa solo vive el 25 por ciento de los católicos del planeta, mientras que en las Américas reside el 65 por ciento. 

Los razonamientos de Boff que se exponen en la crónica son muy interesantes: “En las Américas se está consolidando un cristianismo-fuente y ya no más espejo de los europeos, porque después de más de 500 años de presencia cristiana surgieron rostros nuevos de Iglesia, la Iglesia en la base de los fieles, obispos desposeídos, no viviendo más en palacios sino en medio del pueblo, curas que viven en las periferias, una serie enorme de movimientos laicos, que asumen su autonomía, y muchas religiosas que viven en el interior de la Amazonia”. 

Aludiendo al cónclave que comenzará mañana, asume que hay conflictos puesto que la iglesia católica "no se organiza en tono al libro de los Evangelios, sino en torno al poder sagrado (sacra potestas), dado que desde el siglo III la categoría central que sustenta la institucionalidad eclesial es el poder, heredado de los emperadores romanos. Se da el caso así de que El Vaticano es la única monarquía absoluta que perdura. Ese poder, según Boff, "reverbera en el cónclave y hay ultraconservadores como los cardenales Robert Sarah de Guinea, el cardenal Leo Burke de USA y el cardenal Gerhard Müller de Alemania que postulan una Iglesia extremadamente conservadora, una verdadera cisterna de aguas muertas que están en contra de todas las reformas hechas y oficiales, insisten en la marginación de las mujeres y les gustaría volver a la misa en latín con el sacerdote de espaldas al pueblo”.

Denuncia además el teólogo brasileño la existencia de una organización conspiratoria, "Red Hat Report, financiada por católicos conservadores norteamericanos, por magnates ligados a Trump y al ultraconservador Brennan, que utiliza los servicios de la CIA y del FBI para recoger datos de la vida privada de cardenales progresistas con la intención de manipularlos y viciar el Cónclave. Su interés es evitar la elección de un papa progresista, incómodo a la orientación del gobierno y preferir un conservador que esté afinado con las políticas autoritarias de la actual administración”. 

También estima Leonardo Boff que hay cardenales progresistas que caminan con el mundo moderno y otros "claramente francisquistas que defienden una moral más flexible con referencia a los divorciados, acogen a las personas de otra opción sexual, abiertos al diálogo con todos como hacía el papa Francisco”. Podría darse el caso de que, de no lograrse un consenso entre los papabili, se buscara a un pontífice capaz de dialogar con las distinta partes. 

Puesto a dar su papable, Leonardo Boff propondría al cardenal de Manaos (Brasil) Leonardo Ulrich Steiner, franciscano: “Tiene buena experiencia mundial, habla con fluidez portugués, italiano y alemán, goza de una segura formación teológico-espiritual. Y lo más decisivo: es el único cardenal del inmenso bioma amazónico. (...) El cardenal Leonardo Ulrich destacó por la defensa de los pueblos originarios, los ribereños y pueblos de la selva, y se enfrentó al expresidente Bolsonaro por dejar morir a mucha gente de Covid-19, en especial por dejar los hospitales sin oxígeno”. Podría llegar a ser Francisco II. La cuestión estaría en elegir entre el oxígeno y la cisterna de aguas muertas.

DdA, XXI/5.979

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