Vicente Bernaldo de Quirós
Cada cual puede interpretar los hechos históricos como le parezca oportuno o se ajuste a sus criterios ideológicos, siempre que no manipule los datos ni tergiverse los que sucedieran en el tiempo en el que transcurrieron, porque ser fiel a la verdades lo que transmite es credibilidad.
Por ejemplo, Washington es la capital de Estados Unidos, seas un partidario de su política o un activista antimperialista, así como el presidente del Gobierno español se llama Pedro Sánchez, seas un votante socialista o quieras derrocarlo por todos los medios.
En resumidas cuentas, que tengas la opinión que tengas sobre Stalin y la dictadura del proletariado o seas rusófilo o rusófobo, nunca podrás negar que las tropas soviéticas fueron las primeras en entrar en Berlín y derrotar al nazismo.
Por esta razón, uno no termina de entender (aunque en verdad lo entiendo perfectamente) como algunos de los países europeos que conocen perfectamente la historia de la Segunda Guerra Mundial ponen trabas para celebrar el 9 de mayo con Rusia, cuando además esa es la fecha escogida para celebrar el Día de Europa.
Parece un contrasentido conmemorar el fin de la Alemania hitleriana y ensalzar los valores de una Ucrania que en el período histórico del que hablamos protegió a un grupo numeroso de colaboradores del régimen de Hitler, incluidos algunos carceleros y torturadores en campos de concentración, a pesar de su pertenecía a la Unión Soviética.
La mascarada de Francia, Gran Bretaña, Alemania y Polonia de celebrar en la capital de Ucrania la derrota del nazismo tiene la aparente pretensión de resaltar el revisionismo histórico para vaciar de contenido la victoria soviética y tratar de colar que fueron otros los que entraron en Berlín en 1945.
La guerra de Ucrania y la perdida de unilateralidad de Estados Unidos como potencia tras la caída de la URSS, la retirada de Boris Yeltsin y el ascenso de Putin pusieron de moda una nueva configuración política en la que Rusia era el enemigo a batir con el patrocinio de la Alianza Atlántica.
Sea cual sea la opinión de cada uno sobre el conflicto de Ucrania con Rusia, los hechos históricos son los que son y cualquier intento de cambiarlos es un esfuerzo inútil por engañarse a uno mismo y al conjunto de la Humanidad. Pero es que también es una gilipollez.
DdA, XXI/5.985
1 comentario:
Claramente, llevamos años de revisionismo
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