Hoy el editorial de Diario Red nos
sitúa en la posibilidad de que si, en lugar del estado de Israel, hubiera
sido la Rusia de Putin la que bombardeara en aguas internacionales del mar
Mediterráneo a una embarcación humanitaria que tratara de prestar ese servicio
a la población de Ucrania. El planteamiento, más que por el grave conflicto
internacional que esto podría originar con un incremento del rearme otánico aún
mayor, tiene sobre todo su sentido de cara a la respuesta mediática que
encontraríamos en la la mayoría de los medios de información de la Unión
Europea y, obviamente, en los gobiernos de los países de la Unión Europea. (Por
cierto, a propósito del rearme UE es aconsejable ver la peli Sopa de
ganso de los Hermanos Marx). Esa respuesta, por supuesto, no la hemos
encontrado ante el bombardeo por parte de Israel del buque Conscience,
de la ONG internacional Freedom Flotilla Coalition, que tenía por destino la población masacrada y hambrienta de la Franja
de Gaza. Leemos en Diario Red:
El estado terrorista que está llevando a cabo una limpieza étnica en Palestina ha cometido un crimen de guerra contra ciudadanos europeos en el centro del Mar Mediterráneo y la Unión Europea —una vez más— no solamente no ha dicho "esta boca es mía" sino que, además, continúa comprando y vendiendo armas a los genocidas. El ataque contra el Conscience vuelve a subrayar que el alma de Europa está completamente podrida como cómplice del peor genocidio del siglo XXI y nos recuerda que la estrategia de rearme y de furor bélico asumida por sus líderes —incluido el presidente de España— nada tiene que ver con la defensa del derecho internacional, la libertad, la democracia y los derechos humanos. Si todo eso no les importa absolutamente nada cuando los asesinos de Netanyahu matan niños palestinos por decenas de miles, es evidente que tampoco les importa en Ucrania.
PS. Tal como sabía la Unión Europea, Israel da luz verde a conquistar la franja de Gaza y retener parte de su territorio.
DdA, XXI/5.978
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