miércoles, 14 de mayo de 2025

EL ADIÓS DE MUJICA: CUANDO ESTOS BRAZOS SE VAYAN, VA A HABER MILES DE BRAZOS

Fue en el pasado mes de octubre, con motivo del cierre de campaña electoral de Yamandú Orsi, cuando el expresidente José Mújica se despidió públicamente de Uruguay y de cuantos lo admiraban en el mundo. Una pena que tanta admiración no cunda en ejemplo.



José Mujica

Es la primera vez en los últimos 40 años que no participo en una campaña electoral echando el resto. Y lo hago porque… Porque estoy peleando con la muerte. Porque estoy al final, al final del partido. Absolutamente convencido y consciente. Pero tenía que venir hoy acá por lo que simbolizan ustedes. Porque tengo fresco en mi retina la primera mateada con 20, 20 y pico en La Teja hace 40 años. Y ahora me encuentro con una multitud. Entonces, soy un anciano. Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada donde no se vuelve. Pero soy feliz porque están ustedes. Porque cuando mis brazos se vayan, habrá miles de brazos sustituyendo la lucha. Y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barda que lo supera con ventaja. Y hoy están ustedes. Está Yamandú, está el Pacha, hay miles. Y otros esperan y otros brazos jóvenes, porque la lucha continúa por un mundo mejor. Y he gastado mi juventud, mi vida, junto con mi compañera. Que estoy vivo por ella y por esa otra mujer que es mi doctora. Si no, me hubiera ido. Y tengo que agradecerles de corazón. Y simplemente del punto de vista político para que se lo lleven acá. Los más jóvenes van a vivir un cambio en el mundo que no ha conocido la humanidad. La inteligencia va a ser tan importante como el capital, lo que significa que la formación terciaria se va a imponer para las nuevas generaciones. Por eso hay que pelear por el desarrollo para tener los medios económicos que se puedan meter en la cabeza de los que vengan.

¿Por qué? Si no somos capaces, como país, de educar y de formar a las generaciones que vienen, van a pertenecer al mundo de los irrelevantes, de los que no sirven ni para que los exploten. Este es el desafío más grande que tiene el país. Por eso apoyo a Yamandú, porque se precisa un gobierno que abra el corazón y la cabeza con todo el país. Tenemos que entender que llevamos este país al desarrollo o la quedamos históricamente y que no tenemos todo el tiempo del mundo. Yo soy un anciano que me voy, pero los jóvenes que están ahí, cuando tengan mi edad, van a vivir un mundo que no puede dar, el mundo de los desarrollados y de los subordinados. ¿Por qué? Porque el trabajo lleva a ser cada vez más calificado y necesita que instruyamos y preparemos a nuestra gente. Por lo tanto, el desafío de hoy, inmediato, es desarrollarnos para tener los medios de poder formar a las nuevas generaciones. No es poético lo que digo. Alguien lo tiene que decir. Un anciano. Y para eso hay que hablar con todo el país. No tener un ejecutivo encerrado en sí mismo. Hay que hablar con todas las fuerzas políticas del país. ¿Y no es posible que este país por lo menos acuerde cuatro o cinco cosas nacionales para pelearla entre los tres millones del país? No al odio, no a la confrontación. Hay que trabajar por la esperanza. Hasta siempre. Les doy mi corazón. Y gracias. Escúchenme. Tengo que darle gracias a la vida. Porque cuando estos brazos se vayan, va a haber miles de brazos. Gracias por existir. Hasta siempre.

DdA, XXI/5.987

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