miércoles, 19 de febrero de 2025

GRITOS CON CITA Y GLOSA (XIV): EL RECUERDO ES UN POCO DE ETERNIDAD



José Ignacio Fernández del Castro 

«No valen de nada los criterios cronológicos para evocar el tiempo pasado.» Carmen MARTÍN GAITE:   Ritmo lento (1963).

En este reino de la apariencia, mientras respetables figuras luchadoras en todos los frentes de la vida ven cómo ésta sólo rinde homenaje a quienes se han elevado en lo material por la sangre, las añagazas y el dinero, es una pérdida totalmente irreparable el silencio impuesto por los ciclos biológicos a cuantas voces han hecho bandera de resistencia y disidencia... Esas voces que el verdadero poder, con sus sumisos testaferros y correveidiles, englobaban ayer como “rojas”  y hoy, por su afán por apoyar todo tipo de vías marginales de intercambio ajenas a la dictadura de los mercados para que respeten la viabilidad misma de la humanidad,  como “ideología woke” (en ambos casos acuñando sentidos peyorativos a categorizaciones esencialmente vacías por la falta de coherencia de los referentes que supuestamente engloban)... Y es que ya se sabe que el principio de la religión de los nuevos tiempos no es otro que “lo que no es mercado, es pecado”...
Hemos ido viendo, en fin, alentados por esas voces, la contribución de los inmigrantes (internos y externos) a la consolidación del tejido industrial, comercial y asistencial, el auge de los nacionalismos (centralistas o periféricos), los males de toda guerra o, en general,  las pequeñas venturas y grandes desventuras personales de la buena gente de a pie. Y con esas voces hemos pensado que cada cual debe poner todos sus talentos a disposición de la lucha por un mundo más humano, más capaz de acoger y dar abrigo a cada cual, menos dado al olvido y mucho más presto a la hora de reconocer la diversidad como fecundo cimiento (necesario) de la convivencia del mañana...
Así que ahora, con esas voces ya ausentes, como la entrañable y centenaria de Carmen Martín Gaite, nos hacemos conscientes de la inutilidad de la perspectiva cronológica para evocar ese tiempo pasado que se torna en arrugas en el espejo… Pero también sabemos (y, por ello, nos congratulamos) que la memoria de esas voces es lo que nos aporta cada día, como los mejores recuerdos, un poco de eternidad. A ritmo lento.

DdA, XXI/5.912

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