Félix Población
Ayer estuve viendo un rato Las Mañaneras de Claudia Sheinbaum, la primera mujer en la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos, a la que cabe desear la mejor de las gobernanzas para aquel querido país, empeñado con denuedo en lo que el anterior presidente López Obrador llamó Cuarta Transformación. Sheinbaum mantiene el mismo tono templado, pausado y mesurado que AMLO, aunque algo más vivaz de ritmo. Durante la rueda de prensa, los profesionales de la información van planteando preguntas que la presidenta responde con detenimiento. Se van desmintiendo los bulos que prodiga la oposición y los medios de comunicación conservadores. Se hace un seguimiento de los precios de la cesta/canasta básica de la compra y las gasolineras. Todo discurre en un clima de transparencia, convicción y responsabilidad comunicacional admirable. Nada ni nadie por encima de la ley, suele repetir la presidenta recordando a Juárez. Su divisa es no mentir, no robar, no traicionar al pueblo. Todos los fines de semana, Claudia Sheinbaum recorre las regiones del país y entra en contacto directo con la realidad, constatando lo que reflejan las encuestas: que el pueblo cada vez se identifica más con su gestión y su persona, incansable en los abrazos de quienes la admiran. Así lo expone la última encuesta publicada por el diario El Universal. La aprobación de la ciudadanía ha llegado al 80 por ciento. Sólo un 11 por ciento desaprueba su desempeño. Este incremento de popularidad se debe en buena medida a las respuestas educadas pero enérgicas y en ocasiones irónicas que ha dispensado Sheinbaum a las soflamas del presidente Trump con relación a Méjico y a los migrantes mejicanos. Ayer aludió la presidenta al 70 por ciento de bots (cuentas falsas) que se dan en la red X de Elon Musk. También hizo constar que en su país esa red cada vez tiene menor seguimiento, como cabría esperar del nuestro. Se refirió a la necesidad que toda nación tiene de recuperar y preservar su memoria histórica, que en Méjico arranca de los pueblos originarios, continúa con el tiempo de colonización española y prosigue con sus más de dos siglos de independencia. También considera indispensable la conservación de las lenguas madres que la oposición conservadora menosprecia, porque negar esas lenguas es negar una parte de la historia y la cultura de la nación. Que los jóvenes y las amas de casa entre 18 y 29 años sean los que un mayor respaldo dan a Claudia Sheinbaum es sin duda la mejor noticia que se puede esperar para el porvenir de ese gran país, con el que España debería mantener la mejor y más fraterna relación. Contrasta este dato con el de la juventud europea proclive a los partidos de la extrema derecha.
DdA, XXI/5.917
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