martes, 18 de febrero de 2025

ANNA ELGSTROM, LA PERIODISTA SUECA QUE VIO FEMENINO A FRANCO


Félix Población 

No he tenido oportunidad todavía de ponerme a leer la nueva biografía que acaba de publicar la editorial Crítica sobre el general Franco, coincidiendo con el cincuentenario de su muerte, no la de este país en libertad. En este caso la biografía la firma el historiador Julián Casanova, de quien conozco otras obras que me interesaron en su día -entre ellas la de la iglesia católica durante la dictadura-, como me puede ocurrir también con este nuevo libro, la mitad de voluminoso del que escribió Paul Preston hace bastantes años sobre el mismo personaje. 

A falta de esta lectura, desconozco por lo tanto lo que al respecto de la vida sexual del dictador puede aportar Casanova en su obra o si hace alguna referencia, como lo hizo Preston, al apodo con el que el general Queipo de Llano llamaba a Franco: Paca la Culona. Ignoro también si entre la documentación consultada por el historiador aragonés (Zaragoza, 1956) ha podido leer lo que la periodista sueca Anna Lenah Elgstrom (1884-1968), cuya obra sobre España bien merecería rescatarse, escribió respecto al dictador con ocasión de un encuentro que tuvo con él en Burgos, cuando esta ciudad era la capital del mando sublevado. 

Elgstrom fue una de las escritoras suecas más prestigiosas y conocidas en su país en las décadas anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esta mujer, de religión católica, destacó igualmente por su feminismo pacifista, que alentó su trabajo periodístico durante la Primera Guerra Mundial y hasta bien entrados los años treinta. En su libro Madres, que llegó a tener muchas ediciones en su país, describió la vulnerabilidad de las madres y los niños en las guerras, y cómo los hombres oprimían y restringían la libertad de acción de las mujeres. Anna Elsgtrom fue una de las fundadoras en Suecia de la organización humanitaria Save the Children y presidió durante la Guerra Civil española el Svenska Kvinookommitten för Spaniens Barn, un comité de mujeres suecas políticamente neutral que trabajaba en ayuda de los niños de España en ambos lados del frente y que llegó a tener veinte centros de acogida. También se desplazó a nuestro país durante el conflicto como corresponsal de prensa, teniendo ocasión de visitar Salamanca y Burgos y encontrarse con el general Franco, al que pudo observar de cerca durante un cierto tiempo, sin posibilidad de entrevistarlo como hubiese preferido. 

Dejó constancia de la impresión que le causó el general por su aspecto físico en uno de los libros que escribió sobre España, en este caso Innan der blit for sent/Antes de que sea demasiado tarde, publicado en Estocolmo en 1940: "Tenía una pobre estampa militar -dice del dictador español-, porque es bastante pequeño, con una barriga prominente y piernas cortas. Sus numerosas fotografías no dan idea de lo femenino que parece, con las mejillas rechonchas como las de una mujer mayor, la nariz de loro y, en especial, unos ojos muy grandes y brillantes con largas pestañas negras". 

A quien sí pudo entrevistar la periodista sueca, en Burgos y junto a otros dos colegas, fue a la esposa del general, si bien evitando preguntas relacionadas con la política. Tenía entonces Carmen Polo 35 años y Elgstrom la describe como una mujer dulce y elegante, alta y de aspecto inglés, que no revelaba inquietudes ni vitalidad intelectual. Como le planteara la periodista si la creación del servicio social para la mujeres se lo había sugerido ella a su marido, en lugar de una respuesta encontró una sonrisa en doña Carmen y la pronta y rotunda contestación en su lugar del jefe de prensa: "El general cree que el lugar de la mujer está en el hogar". 

Según Díaz Nosty (Periodistas extranjeras en la Guerra Civil, ed. Renacimiento), el conjunto de la obra de Elgstrom sobre España constituye una de las aportaciones más interesantes y completas de las corresponsales extranjeras que escribieron sobre la Guerra Civil, no sólo por haberla contado desde las dos partes en conflicto, sino por lo documentado y extensivo de sus análisis y la calidad literaria de los textos, en los que toca aspectos relacionados con la historia, la cultura, la economía y la idiosincrasia de los españoles. 

Es de señalar que en otro de sus libros, titulado Mujeres de su tiempo (Estocolmo, 1944), la periodista sueca incluye entre los catorce perfiles biográficos que aparecen en el índice el de Pilar Primo de Rivera, a la que llama monjita amazona. La entrevista con la hermana de José Antonio, fundador de Falange, tuvo lugar en Salamanca y la protagonista hizo valer la organización de su hermano en una de las respuestas, en relación también al papel de la mujer con el nuevo régimen: "Cuando se gane la guerra y Falange conquiste el poder, la española se retirará al hogar que dejó solo para salvar a su patria".

También incluye la autora en el mismo libro, según recoge Nosty, a su amiga y primera mujer embajadora de España, la olvidada escritora, periodista y actriz Isabel de Palencia (de soltera Isabel Oyarzabal, 1878-1974), fundadora de la primera revista exclusivamente femenina en nuestro país y colaboradora de los principales diarios de su tiempo. Casada con el abogado, pintor y diplomático Ceferino Palencia, desempeñó su cargo en Suecia y Finlandia durante la Segunda República y falleció en el exilio en Méjico. 

DdA, XXI/5.912

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