Félix Población
Tomo nota de la observación que, a propósito del acto inaugural de los que el Gobierno tiene previstos este año para conmemorar el cincuentenario de la muerte del dictador Francisco Franco que dio paso al actual régimen democrático, hace hoy mi estimada amiga Remedios Palomo y que a toda la ciudadanía de ideas republicanas no se le habrá pasado por alto a lo largo de este medio siglo:
"Hay algo que nunca se ha conmemorado institucionalmente en España: el advenimiento de la II República -dice Remedios-. Esto supone una terrible anomalía, que arrastra tras de sí indignidades espantosas como que sus ciudadanos y ciudadanas asesinados puedan seguir, impune e inexplicablemente, en cunetas y bancales".
Un país democrático que tiene en su haber el primer periodo como tal bajo un régimen republicano instaurado el 14 de abril de 1931, haciendo que Alfonso XIII, abuelo del Jefe del Estado que estuve al frente del periodo democrático establecido tras la muerte del general Franco, huyera de España tras la instauración de la dictadura del general Primo de Rivera, no debería haber tenido ningún recelo en conmemorar el 14 de abril de 1931.
Siquiera fuese por decoro histórico y un mínimo de decencia democrática, la España democrática de la Constitución de 1978 no debería haber excluido desde sus orígenes la conmemoración de esa fecha y, con ella, un reconocimiento no sólo a lo que representó como la de mayor júbilo político para la ciudadanía en la historia de este país, sino al pensamiento republicano de muchos españoles. Obviamente, con esta elusión se ha olvidado también a las víctimas de quienes defendieron aquel primer régimen de libertades contra el fascismo, represaliadas por la dictadura y todavía enterradas en fosas y cunetas.
Así las cosas, no es casualidad que llegados al día de hoy, la derecha y ultraderecha españolas se nieguen a participar en los actos conmemorativos de la muerte del dictador. Para ambas, ni la segunda República ni el fin de la dictadura franquista que supuso el fallecimiento de su caudillo son conmemorables, aun siendo una y otro el comienzo de sendos periodos democráticos.
DdA, XXI/5.875
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