martes, 29 de octubre de 2024

INMERECIDO OLVIDO DE RICARD MESTRE, EL ALCALDE LIBERTARIO DE VILANOVA I LA GELTRÚ

No se entiende que con el tiempo transcurrido, ningún ayuntamiento democrática de Vilanova i la Geltrú haya movido un dedo por el reconocimiento de Ricard Mestre i Ventura, alias Ricarditu (Vilanova i la Geltrú 1906-México, 1997), destacado militante de la CNT, autodidacta y hombre de una extensa cultura. Fue uno de los activistas, dirigentes y propagandistas más reputados del anarquismo en la comarca del Garraf. Desconozco si su muy activa labor cultural durante su exilio en Méjico ha sido reconocida allí y si las memorias inéditas que dejó contadas tienen alguna posibilidad de publicarse. Creo que éstas son el resultado de las conversaciones que mantuvo con la fallecida antropóloga Elena Aub, hija del escritor Max Aub, que llevó a cabo una gran labor dejando constancia de los testimonios orales de algunos de los exiliados republicanos en Méjico, sobre los que quizá la Secretaría de Estado del Gobierno de España no tenga ninguna referencia, visto lo poco que ha hecho para recuperarlos. Para su información, Elena trabajó para el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), en el Proyecto de Historia Oral "Refugiados Españoles en México: Archivo de la Palabra".

Pepe Gutiérrez

Colaborador de la prensa local, Ricard Mestre dirigió el semanario político Estela entre septiembre de 1929 y diciembre de 1931. Perteneció a la FAl, pero con una orientación no violenta, distinguida sobre todo por su pasión en la difusión cultural. Fue delegado por sindicato local de Vilanova i la Geltrú en el Pleno Regional de la Confederación Regional catalana en Barcelona de 1931. En Barcelona publicó Terra Lliure entre 1935 y 1936. Cuando estalla el Alzamiento, forma parte del Comité de Defensa Local, manteniendo una actitud humanista y muy equilibrada que le granjearon el respeto hasta de sus enemigos políticos.

Su participación fue primordial en la salvación de muchas personas y del famoso retablo barroco de la Geltrú, cuando en las jornadas del 21 de julio, el pueblo, indignado por las fechorías fascistas, tomó por asalto la iglesia y en pocas horas todo quedó patas arriba. Con los confesionarios, muebles y toda clase de material combustible armaron una hoguera en medio de la plaza. Cuando, tirando con un tractor, ya habían empezado a echar por tierra unas cuantas imágenes del retablo, Mestre impuso su autoridad moral en medio de los incendiarios y de la turba desatada.
Esta actitud hizo que fuese nombrado juez de primera instancia e instrucción (agosto), y en octubre pasa a formar parte del Ayuntamiento, siempre en representación de la CNT. También fue nombrado (1937) primer director del diario Catalunya, órgano de la CNT en lengua catalana. Dimitirá del cargo municipal en mayo de 1938 para marchar al frente donde será «miliciano de la cultura» en la Brigada 133, así como de uno de los fundadores de la Federación Ibérica de JJLL.
El 1939, Ricard se exilia a Francia y más tarde a México, donde trabaja en el mundo editorial y funda la casa editorial Ediciones Minerva y la Unión Distribuidora de Ediciones, donde publicó diversas obras del germano Rudolf Rocker, su teórico favorito, y creó la Biblioteca Social Reconstruir que fue la culminación de su activismo cultural.
Al fallecer dejó unas memorias inéditas fruto de largas entrevistas con una antropóloga mexicano. Personaje ampliamente reconocido en los ámbitos culturales del exilio mexicano, apenas sí se ha sido recordado fuera de un acto ya lejano promovido por la CGT de la ciudad. Es más que probable que su filiación tengo no poco de ver con semejante olvido.

DdA, XX/5.807

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