Alejada desde hace años de la ebullición mediática, nos llega este poema de quien en este país, dígase lo que se diga, representa la bandera más honrosa del movimiento feminista, mi estimada amiga Lidia Falcón, que un día de hace ya muchos años tuvo la curiosidad de ponerse en contacto con este Lazarillo después de que el diario Público diera a conocer un artículo de Félix Población sobre la escritora socialista y librepensadora Rosario de Acuña, con quien la abuela de Lidia, la escritora anarquista Regina de Lamo, tuvo estrecha relación. Por encima de las desavenencias que pude tener en estos años pasados con Lidia Falcón, siempre valoraré su persona y su trayectoria como militante del movimiento obrero en general y del feminismo en especial. Por eso desde este modesto DdA, en el que me hubiera gustado contar con más colaboraciones de esta excelente escritora, le mando el mismo abrazo afectuoso de siempre, consciente de que sobre la mesa que describe en sus versos se escribieron páginas que leí con gusto e interés. Al tiempo recuerdo con cariño a su marido, el filósofo Carlos París, que compartió con Lidia en su casa de Antón Martín los últimos años de vida, y falleció (2014) cuando las galeradas de su último libro, En la época de mentira, estaban quizá sobre esa misma mesa. Cuan certero y perspicaz fue su autor al escribirlo y titularlo, porque esa es la época que estamos viviendo.
Lidia Falcón
Es la vieja mesa
2 comentarios:
¡Genial! Lidia Falcón
La vieja mesa estrena siempre palabras de una gran mujer.
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