Félix Población
Carlos Baturín, uno de los dos contrayentes de la primera boda entre homosexuales que se celebró en España hace casi veinte años, en 2005, durante la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, falleció el pasado mes de abril tras padecer una larga enfermedad al cuidado de su marido, Emilio Menéndez, que le acompañó hasta el último aliento. Emilio Menéndez fue quien confirmó que Carlos Baturín había fallecido el pasado 28 de abril en su domicilio como consecuencia de una enfermedad por la que los médicos le habían dado un año de vida, pero logró vivir dos. Dos meses antes del fallecimiento le facilitaron cuidados paliativos en su casa, donde Carlos quería pasar sus últimos días de vida. «Murió en mis brazos, nos despedimos... Estoy triste pero tranquilo y satisfecho», dijo Emilio Menéndez a la agencia Efe, emocionado, tras relatar que todo este proceso lo han querido vivir en la intimidad y sin separarse. Ahora que la extrema derecha acaba de obtener unos resultados electorales preocupantes para el porvenir de Europa, tal como se preveían -con un ascenso notable también en nuestro país-, no me resisto a recordar la imagen de los obispos pancarteros en España, manifestándose en las calles en contra de la ley del matrimonio homosexual -reprobada también por el Partido Popular- o la de quienes aparecen en la fotografía increpando al fallecido diputado Pedro Zerolo por su compromiso para que la citada ley fuera aprobada. Valgan esas dos imágenes para ilustrar con la segunda, en contraste con la primera, los resultados de la jornada electoral de ayer en la Unión Europea, con un incremento notable de la extrema derecha que se ha llevado un cuarto de lo votos de la derecha. Aunque España y Portugal se hayan librado del éxito del extremismo ultra que se ha dado en países como Francia, Italia, Alemania, Austria o Bélgica, aquí contamos con una nueva formación política de extrema derecha que ha conseguido 800.000 votos. Fracasa Sumar y resiste Podemos, con la posibilidad de que la lideresa Díaz, que ayer se se escondió de los medios, deje de serlo a favor de Errejón, que será más de lo mismo cuando ya tan poco queda en medio del naufragio. Gana la ultraderecha y crece el odio en Europa, reflejando con ello que si en la Franja de Gaza se está perpetrando un genocidio contra el pueblo palestino no es sólo por culpa de los Estados europeos que lo apoyan y respaldan.
DdA, XX/5.674
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