miércoles, 19 de junio de 2024

AURORA PICORNELL: CONTRA LA DESMEMORIA VIOLENTA, MÁS MEMORIA DEMOCRÁTICA

Félix Población

El siguiente artículo sobre Aurora Picornell, publicado por este DdA el 21 de octubre de 2022 y firmado por mi querida amiga Carmen Ordóñez, tiene para mí el inestimable valor  de que su autora ha publicado recientemente un valioso libro sobre la personalidad política de Heriberto Quiñones (Heriberto Quiñones y veintiuno más), destacado dirigente del Partido Comunista de España, fusilado por la dictadura franquista en 1942. Quiñones fue compañero de Aurora Picornell, con la que tuvo una hija. La recuperación de este texto en el número de hoy obedece al cultivo violento de la desmemoria del que, con una inquina propia sólo de quienes cultivan el odio, ha hecho gala ayer en el Parlamento de Baleares su presidente, rompiendo públicamente una fotografía de quien fue considerada La Pasionaria de Mallorca, fusilada en 1937 por las tropas sublevadas, especialmente crueles con la familia Picornell. Entre los restos mortales de la militante comunista se encontró su pluma, con la que, según recuerda Carmen, escribió: "Podéis matar hombres, mujeres, niños como el mío que aún no ha nacido. Pero y ¿las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?". Quizá el actual presidente balear, el honorable Gabriel Le Senne (Vox), descendiente ideológico de  aquella extrema derecha que impuso la represión y la dictadura franquista en España durante cuatro décadas, ha pretendido hacer lo mismo con la memoria de Aurora Picornell, rompiendo su imagen en la sede parlamentaria. Contra esa desmemoria agresiva, en un lugar donde sólo caben las ideas y las palabras, sólo cabe insistir con más memoria democrática, algo de lo que este país sigue estando huérfano y por eso, entre otras cosas, resurgen los partidos del resentimiento y la intolerancia.


Carmen Ordóñez

El Gobierno Balear ha informado ayer del hallazgo de los restos de Aurora Picornell (Palma de Mallorca, 1912 - Manacor, 1937), la Pasionaria de Mallorca, en la fosa número 3 de Son Coletes, el cementerio de Manacor. Hasta ahora se había supuesto que su fusilamiento el 5 de enero de 1937 había tenido lugar en Porreres. La identificación ha sido posible tras la comparación del ADN del cadáver encontrado con el de su hermano Ignasi, también asesinado, y cuyo perfil genético ha permitido también reconocer los restos del padre de ambos.

La familia Picornell fue severamente castigada por la represión franquista. De los tres hijos varones, dos fueron asesinados por las carreteras de Mallorca, al igual que el padre, y el tercero murió en un campo de exterminio nazi. En cuanto a las mujeres, Llibertat, la hija pequeña, consiguió salvarse en el exilio porque el día del levantamiento militar se embarcaba hacia Barcelona para celebrar las Olimpiadas Populares que se habían organizado como confrontación a las que se inaugurarían en Berlín ese mismo verano; y las otras dos hermanas, junto con la madre, sobrevivieron y tuvieron que soportar la ignominia de la posguerra en condiciones más que lamentables y agachando la cabeza mientras criaban a la hija de Aurora, que sólo tenía dos años cuando ésta murió.

Aurora, la protagonista de la noticia que ahora nos ocupa, tenía 24 años cuando la sacaron de la cárcel junto con las otras cuatro “Rojas del Molinar” para ser fusilada en compañía de sus amigas. Dicen que a la mañana siguiente un individuo se paseaba por el barrio esgrimiendo como estandarte un sujetador ensangrentado para dar noticia a los vecinos del desagradable suceso del que sin duda fue ejecutor.

Es momento hoy de recordar otras páginas más amables de la biografía de Aurora Picornell, que se constituyó en la figura más emblemática del panorama político republicano en las Islas Baleares. Sastra de profesión, sindicalista de vocación y comunista de corazón, Aurora fue educada desde niña para ser lo que fue. Desde muy joven mostró abiertamente su activismo feminista y anticlerical, enfrentándose a la rancia sociedad conservadora de Mallorca, donde la Iglesia gozaba de un poder omnipresente. Y eso indudablemente le pasó factura.


Con 19 años Aurora ya se ocupaba de la edición del boletín Nuestra Palabra, el órgano de difusión del PC en Baleares, y ya era la invitada principal en los mítines. Fue en esa época cuando conoció a Heriberto Quiñones, su compañero, un personaje legendario, casi desconocido, de quien ni siquiera sabemos el nombre real. El Partido Comunista creció en militancia en las Baleares gracias al trabajo de ambos y a pesar de que él estuvo encarcelado buena parte del tiempo que pasó en España. Precisamente hace unos días se cumplieron 80 años del fusilamiento de Quiñones, que tuvo que ser llevado ante el paredón atado a una silla debido al estado en que se encontraba tras las torturas a las que había sido sometido.

En el verano de 1934 Heriberto y Aurora tuvieron una hija, a quien llamaron Octubrina Roja, nombre que tuvo que cambiarse por el de Francisca cuando los vencedores impusieron la onomástica religiosa como condición indispensable para existir legalmente. La vida no debió ser fácil para Octubrina en la posguerra, a pesar de contar con el amparo de su abuela y sus tías, señalada por todos como la hija de una de las Rojas del Molinar.

En la Mallorca del 36 quien mandaba era el conde Rossi, un siniestro individuo que convirtió la isla en un infierno para los perdedores. Una de las primeras en caer bajo este régimen del terror fue Aurora Picornell, que fue detenida junto con Catalina Flaquer, sus hijas Antònia y Maria Pascual y Belarmina González, todas vecinas del barrio de El Molinar.

La información que ahora se confirma apunta a que las Rojas del Molinar, como eran conocidas entre los fascistas, fueron fusiladas la misma noche y enterradas en la misma fosa, puesto que junto al cuerpo de Aurora se han encontrado los de otros cuatro cadáveres de mujeres.

También se ha rescatado junto con los restos de Aurora un objeto valioso y singular, el que fuera su arma de combate: Una pluma.

Con ella escribiría esta frase que hoy la define mejor que cualquier artículo: "Podéis matar hombres, mujeres, niños como el mío que aún no ha nacido. Pero y ¿las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?".

 DdA, XX/5.683

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