viernes, 31 de mayo de 2024

SE ACABÓ EL ESPECTÁCULO (TAURINO) DE LA TORTURA Y MUERTE EN COLOMBIA




Lazarillo

Se nos adelantan posiblemente en bastantes años los gobernantes colombianos, porque lo que acaba de suceder en aquel país y las declaraciones al respecto, tanto de su presidente como de su ministro de Interior, están muy lejos de las que suscribirían hoy sus homólogos en España. Aquí Pedro Sánchez sólo ha dicho que no les gustan los toros, pero que no piensa prohibirlos, que vendría a ser un equivalente a "somos republicanos pero ¡viva el rey!". En cuanto a su ministro Grande Marlasca, se limita a invitar a los toros a los policías de paisano en su tiempo libre, pero trabajando. Lo cierto es que el Congreso de Colombia aprobó el pasado martes un proyecto de ley que contempla la prohibición de las corridas de toros, después de casi un mes de aplazamientos por recursos presentados por el sector taurino. La iniciativa, respaldada por el Ministerio de Cultura, ha contado con 93 votos a favor y dos en contra. El texto aboga por una "transformación cultural basada en el respeto por la vida animal y la promoción de una cultura de paz", estableciendo un periodo de transición de tres años. El presidente de aquella república, Gustavo Petro, ha felicitado "a quienes por fin lograron que no sea un espectáculo la muerte". "Quienes se divierten con la muerte de animales terminarán divirtiéndose con la muerte de seres humanos, como los que queman libros terminarán quemando seres humanos", ha manifestado. Por su parte, el ministro de Interior, Luis Fernando Velasco, ha considerado que la prohibición por parte de la Cámara de Representantes es un "buen mensaje a una sociedad que no debe convertir el dolor de un animal en motivo de espectáculo y fiesta", según ha publicado en su perfil de la red social X. "La Cámara dio el paso más importante para combatir la crueldad animal. Las mayorías políticas aprobaron la prohibición de las corridas de toros en Colombia. La iniciativa contempla reconversión económica para quienes dependen de esta actividad", ha explicado su cartera ministerial. Punto final en Colombia, pues, al olé como celebración de la barbarie.

DdA, XX/5.569

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