viernes, 3 de mayo de 2024

EL COLOR ROJO DE LA MEMORIA NONAGENARIA DE LORENZO CORDERO


Félix Población

Me enteré ayer a media tarde de la noticia del fallecimiento a los 96 años de edad de lo que en términos de la profesión se llama un periodista histórico, calificativo sólo aplicable a quienes rebasan una cierta edad y su longevidad les permite mantenerse al pie del oficio. 

Lorenzo Cordero está ligado a mis primeros tiempos como lector de periódico, que fueron un tanto precoces por el apego que le cogí especialmente al diario en el que este periodista trabajó algunas décadas, del que llegó a ser director y que, por su formato sábana, apenas podía abrazar a la edad en lo que lo habitual era leer tebeos. Me encantaba la tipografía de aquella cabecera también histórica de La Voz de Asturias, el periódico que ahora prosigue sólo en edición electrónica. 

Lorenzo Cordero, hijo de una modista y un pintor de brocha gorda, una familia modesta, nació en Ribadesella en 1927, por lo que vivió de niño los episodios tanto de la huelga revolucionaria de 1934 como los de la Guerra Civil, que en Asturias apenas duró quince meses pero con muy duras consecuencias represoras. Su padre fue fusilado por los sublevados en 1937, cuando Cordero tenía 10 años, sin que nunca se le olvidara la última vez que en compañía de su madre lo vio en la cárcel gijonesa del Coto. Algo de aquello podemos encontrar en su magnífico libro autobiográfico El rojo color de la memoria, publicado en 2017, y que en cierto modo responde, sin eufemismos, a la definición que de sí mismo daba al calificarse de "periodista rojo". 

Cronista oficial de Ribadesella desde 2001, entre su antecedentes como persona vinculada con la cultura y el periodismo consta el haber sido miembro activo de la tertulia literaria El Portiellu y que puso en marcha un periódico local llamado muy propiamente Somos, que fue donde nació y creció la vocación periodística de Lorenzo Cordero, según el mismo contaba: "En los años cincuenta, un grupo de riosellanos fundamos una revista que se titulaba 'Somos', que hacíamos en las afueras de Ribadesella. Dábamos caña al Ayuntamiento y no callábamos nada. Yo daba clase en el San José, colegio privado y laico, en el que había estudiado el bachillerato. Y la dirección del colegio comenzó a sufrir presiones. El mensaje era que o me despedían o el colegio se quedaba sin subvención. Tomé la iniciativa, hablé con el director y le dije que no se preocupara, que yo me marchaba. Me gané la vida dando clases particulares, aunque después volvieron a llamarme. 'Somos' duró desde 1954 a 1960 y murió de inanición". 

Entre otras actividades a lo largo de una vida con probada memoria nonagenaria, Lorenzo Cordero fue uno de los fundadores de una de las publicaciones más interesantes que se editaron en la región en la segunda mitad del siglo pasado, Asturias Semanal, en la que colaboraba con sus agudas crónicas políticas junto al fallecido Juan Cueto Alas, que se inició en esta revista como crítico de televisión, antes de su exitosa trayectoria en el diario El País.

DdA, XX/5632

2 comentarios:

JOSÉ IGNACIO dijo...
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JOSÉ IGNACIO dijo...

"La Voz de Asturias" dirigida por Lorenzo Cordero fue el primer diario en el que hice algunas colaboraciones habituales, en el suplemento central de "Cultura" (creo recordar que lo llevaba por entonces el profesor de Filología Martínez "el oscuro"), cuando era todavía estudiante de Filosofía y Psicología en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación en Oviedo... Allí publiqué desde artículos sobre la insuficiencia científica y pretenciosidad de la economía hasta de defensa del "Elogio del Horizonte" en plena polémica tras su inauguración... Luego lo invitaría a distintos ámbitos culturales en los que participé como coordinador (como el grupo de discusión sobre "Participación ciuddadana en el educación", para la elaboración del "Proyecto de Ciudad" de Gijón)... Siempre disponible y amable en su voluntad de colaborar por un mundo mejor.

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