sábado, 13 de abril de 2024

LA CANTERA DEL HABLA, QUE ES DILATADA Y HONDA...


3 Foto de José Amador Martín


 Hace muchos años tuve oportunidad de conocer a Xesús Rábade Paredes (1947) con ocasión de un viaje profesional a Galicia, coincidiendo con en el periodo de la Transición, un tiempo en el que las culturas de las "nacionalidades y regiones" vivieron una suerte de renacimiento. El profesor Rábade es un autor que escribe en castellano y gallego con un dominio notable de ambos idiomas. Desde aquellos años -finales de los ochenta- la obra de este poeta gallego ha ido creciendo en expresión y hondura hasta tal punto que bien se le puede considerar entre los más importantes de la actual literatura gallega. Guardo un grato recuerdo de aquel encuentro en Santiago de Compostela y, para celebrar su memoria, recurro a uno de sus poemas, en esta ocasión en su versión castellana: 


CASA DE PIEDRA NOBLE

La cantera del habla, que es dilatada y honda,

te entregará abundantes materiales preciosos,

sin que apenas precises labrarlos ni pulirlos,

pues vienen salivados por cuantos te preceden.

 

Fíjate en los mayores. Nunca creas

que el arte de vivir nace contigo.

Oirás de la tierra la música por dentro.

Tú eres signo de ella,

oro en capas que nutre tu latín de milenios.

Tenlo en cuenta. Las vetas más profundas

siempre atesoran calidad de agua.

Piensa. Cada palabra

cuenta una historia y resume la nuestra

si sabes perseguir bien sus raíces:

sementera de mártires, aliento milenario

de abuelos que la fueron pronunciando,

cuidando, alimentando, podando y reponiendo.

 

Hoy apenas se atiende la memoria,

pues triunfa el tipo ram, que es deletéreo,

y así va yendo todo.

Porque también importa saber de dónde vienes,

si no quieres vivir desorientado.

La palabra en la tierra guarda plena sustancia,

que pierde entre el cemento, uniformado y áspero.

Las palabras matrices del comunal acervo

serán fuente fiable para tu diccionario,

tal vez algo aseadas, desinfectas acaso del veneno,

perversión y desidia de ciertos usuarios.

Tú legarás palabras

de talla suficiente para que el coro crezca.

 

Desconfía de moldes impermeables, de purezas de raza

y de carta cabal de gente honrada

que cede a la menor prueba de fuego.

En cambio amarás el intergénero,

simbiosis  de memoria de tu cuerpo,

la heterodoxa pauta polisémica y poco definida:

música liberada de su límite estrófico

buscando el curso lento en aguas del versículo.

Ya no conjugas rimas para auditorios ágrafos que fueron,

dóciles aprendices bajo el poder despótico

que en ellos infundió miedo a los astros,

que los puso a leer los signos de los dólmenes,

románicas escenas en todas las iglesias,

símbolos caprichosos de nubes y montañas,

temerosa amenaza y designio de dioses.

 

Ninguna consonancia ha de domar la flecha de tu verso,

distracción evitable que propende

a apagarte la voz entre los ecos.

Descanse en paz. Activarás en cambio

el ritmo heterodoxo que cuenta las historias,

la emoción propia que pide toda lírica

y un escenario abierto de tensiones dramáticas.

Tríada e hito del peregrino atento,

como una procesión acompasada que encierra dentro música.

Retrotopía. En narrativo modo,

auscultas limos, capas, sedimentos… por múltiples arterias

y filtras vetas de un lirismo antiguo.


DdA, XX/5612


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