Félix Población
No ha trascendido el nombre de la revista brasileña que, según las últimas informaciones, ha sido al parecer la que ha puesto el millón de euros de fianza para que un futbolista de aquel país, con pasaporte brasileño y español, no esté en la cárcel como consecuencia de la condena que se le impuso por un delito de violación cometido en Barcelona, en cuyo cuyo club jugó ese señor, cuyo patrimonio económico supera los cincuenta millones de euros. Tal publicación, cuyo nombre se sabrá tarde o temprano, puso esa cantidad de dinero a cambio de que el futbolista le concediera una entrevista en exclusiva, que es de esperar no tarde mucho en darse a conocer por el incentivo que tiene como personaje de actualidad el delincuente. Es de suponer que entre las condiciones también conste este detalle, porque un delincuente sobre el que pase demasiado tiempo de su fechoría va perdiendo el interés mediático en que se mueven ese tipo de publicaciones. Siempre es más morboso para el ávido lector de ese periodismo de cloaca un violador con la condena fresca que exponga su versión del lance, sintiéndose posiblemente víctima de váyase a saber qué circunstancias, que otro con la condena enranciada. Y si no ahí tenemos el ejemplo de Ana Rosa, la otrora reina de la mañana televisiva en este país, trocada ahora en galopante decadencia vespertina, la primera en apreciar al futbolista violador en fresco como personaje periodístico de mórbido relumbre, al que entrevistó en su programa estando en la cárcel. Con toda seguridad, si esa interviú de la fianza se publica en breve en esa revista brasileña, la repercusión de lo que diga el entrevistado tendrá eco mediático mundial, cuando lo que debería tener incidencia en una sociedad más saneada serían los sentimientos y pensamientos de la víctima ante la violenta felonía de ese futbolista millonario. Uno más entre los que, forrados de dinero y venerados por una hinchada de necios, ha acreditado su miseria moral violando a una mujer.
DdA, XX/5600
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