viernes, 15 de marzo de 2024

PABLO IGLESIAS Y SU TABERNA GARIBALDI CON CITA DE KAUTSKY


Félix Población

Sirviéndose de una cita del filósofo checo Karl Kautsky, para quien las tabernas eran el único bastión de libertad del proletariado, quien fuera líder de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno abrirá en el barrio de Lavapiés, en la calle de Ana María, no muy lejos del Congreso y muy cerca de donde viví corto tiempo hace muchos años, un bar-restaurante bajo el nombre de Taberna Garibaldi. La noticia ha tenido una insólita repercusión mediática, que podría augurar un porvenir exitoso de seguir contando con esa publicidad gratuita.

Esto me ha recordado el artículo publicado hace muchos años por mi recordado Amaro del Rosal, el líder sindicalista asturiano (1904-1991), autor de un artículo titulado La taberna como centro de discusión política en Asturias (1914-20), años en que, siendo adolescente, tuvo el primer conocimiento del movimiento obrero en la taberna que tenía su padre en la localidad de Villabona, muy próxima a una explotación minera. 

Un cantautor, Carlos Ávila, y un poeta, Sebastián Fiorilli, son los socios de Pablo Iglesias en este negocio hostelero cuya apertura está prevista para la semana que viene, el 19 de marzo, en conmemoración del bicentésimo décimo segundo aniversario (212) de la Constitución de Cádiz (1812), conocida popularmente como La Pepa y aprobada en esa fecha, que abolió el absolutismo y estableció la monarquía constitucional. 

El nombre de la nueva taberna obedece al del Batallón Garibaldi, que formó parte de las Brigadas Internacionales que combatieron contra las tropas sublevadas en la Guerra de España y que estaba integrado mayormente por ciudadanos italianos, enfrentados a los que Mussolini envió para combatir a favor de los golpistas. La actividad armada del citado batallón sobresalió en la defensa de Madrid y, sobre todo, en la Batalla del Ebro. 

En correspondencia con esa denominación, la taberna tendrá como sintonía de cierre, al final de cada jornada, la de la canción popular Bella Ciao que los partisanos italianos entonaban en su lucha contra el nazi-fascismo durante la segunda Guerra Mundial. Como platos entrantes que se ofrecerán en la carta del restaurante no faltará un salmorejo partisano ni una insalata, unas tostas o unas carrilleras Garibaldi, amén de otros servicios de yantar y beber con memoria histórica. 

Entre las tabernas asturianas de la primera década del pasado siglo en las cuencas mineras, de la que me hizo memoria personal Amaro, y esta de Lavapiés en la segunda década de este, puede que lo menos conveniente o lo menos provechoso sea la discusión política que, entre la izquierda, siempre suele acabar distanciando. Mejor la música y la poesía que se anuncian para el establecimiento fuera del menú.

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Carta de la Taberna Garibaldi | Fuente: Redes sociales

DdA, XX/5586

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