Lazarillo
Teniendo en cuenta que el presidente de la Junta de Castilla y León y presidente del Partido Popular en esta comunidad autónoma tenía cinco años cuando su progenitor y alcalde de Salamanca acompañaba al dictador en coche descubierto por la Plaza Mayor de esa ciudad, es muy probable que su educación familiar estuviera marcada por el respeto y hasta la admiración por la figura del general Franco. Con este antecedente, parece más lógico que con tal de mantenerse como presidente del gobierno autonómico, Fernández Mañueco optase por pactar con el partido que más a fondo sintoniza con ese pasado ominoso y que, derivándose de este gobierno de coalición con la extrema derecha, la proposición de la denominada Ley de Concordia, por encima de la Ley de Memoria Democrática, pretenda contribuir al blanqueo de ese pasado del que forma parte el progenitor del presidente. Dicha proposición es, además, una ofensa a las víctimas de la represión franquista durante la guerra y una posguerra que, en cuanto a ejecuciones, se prolongó hasta el año mismo de la muerte del dictador. Es de recordar que, como alcalde también de Salamanca, Fernández Mañueco se negó a eliminar la efigie de Franco de la Plaza Mayor de la ciudad, en virtud de la Ley de Memoria Histórica de 2007, hasta que la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León ordenó su retirada en 2017.
Léase@también: Partido Popular y Vox suprimen la palabra "dictadura" de la nueva Ley de Concordia.(InfoLibre)
DdA, XX/5597
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