Celso Miranda
Vamos a ver. Es una puñetera "fabona". Desde el punto de vista del tráfico rodado, si ya es complicado circular por las rotondas, ¿cómo definir este laberinto de carriles que, si te despistas, te introducen en el párking del Vasco (único objetivo de este singular formato)?. Ahora mismo está funcionando como único eje de tránsito entre las zonas Noreste y Noroeste de la ciudad, y uno cruza los dedos para saber si va a llegar a su cita del otro lado del eje porque los atascos son impredecibles. La plaza es urbanísticamente dura, sin sombras o zonas verdes (¿en qué siglo y con qué perspectivas medioambientales y climáticas estudiarían los diseñadores?), del diseño de la fuente/mausoleo prefiero no hablar. Pero, ¿y lo del Mirador de Santullano? Digo yo que, para conocer nuestra joya prerrománica, lo mejor sería acercarse a ella, que no muerde que se sepa. Eso sí, si se consigue acceder, porque ahora mismo está aislada, prácticamente inaccesible. En definitiva, que han conseguido eso que se denomina un "no lugar", carente de encanto, de comodidad para los peatones (no digo ya para los ciclistas) y para los conductores. Si ese es el diseño de ciudad que tienen para La Vega (todavía puede ser peor, acuérdense de la torre de 25 pisos o de la propuesta de pasar la autovía por medio de la nave de Sánchez del Río), átense los cinturones: el futuro de Oviedo se acerca peligrosamente al de Abu Dabi. Intentaremos vivir para verlo (más bien para evitarlo). Haya salud.
DdA, XX/5.560
No hay comentarios:
Publicar un comentario