domingo, 4 de febrero de 2024

EL PUÑO DE MARISOL Y LA COLUMNA DE MARUJA TORRES EN EL PAÍS EN 1983

Con motivo del septuagésimo sexto aniversario del nacimiento de Pepa Flores (Málaga, 1948), artísticamente conocida en el cine español como Marisol, Esteban Zúñiga recuerda hoy en su muro el artículo que publicó la periodista Maruja Torres en el diario El País con motivo de una fotografía en la que aparece la actriz y cantante, militante comunista entonces, con el puño en alto. Sabida es la animadversión histórica de tal medio al Partido Comunista de España, comprobada a lo largo de sucesivas legislaturas, ya fuera el PCE o Izquierda Unida la formación política que estuviera representada en el Congreso. También recuerda Zúñiga que la columnista del citado periódico se arrepintió públicamente años más tarde de haber escrito el artículo que sigue, publicado en la última página de El País el 21 de octubre de 1983. Este Lazarillo incluye también la réplica a la que se acogió la actriz, publicada días después junto a algunas cartas al director que también criticaban el texto firmado por una de las periodistas carismáticamente más progres de ese tiempo:

"EL PUÑO DE MARISOL".
Por Maruja Torres.

"Para levantar el puño como el otro día lo hizo Marisol, sin una fisura, con toda convicción, como si acabara de tomar el Palacio de Invierno y freírse unas salchichas en el sótano, hay que tener la fe desesperada del viejo militante que se resiste a ver morir su sueño, o la fe pisoteada de la niña prodigio que nunca pudo crecer con una visión propia. A mí, la foto de Marisol alzando el brazo esbelto, broncíneo, rematado con un picaporte de lujo, en el congreso del pro-soviético PCC catalán, me recordó aquellos mítines que encabezaba Jane Fonda hace muchos años, cuando la atacó de repente de querer poner a los indios a vivir en Beverly Hills; hoy, ya sabemos, la Fonda está dándoles carrera a sus niños a costa de todos los que hacen el indio deslomándose con el aerobic, uno-dos, uno-dos-puf.
Marisol, que empezó a sufrir la invasión ajena cuando era muy niña, al tiempo que soportaba que le camuflasen los pechos de "marron glacé" por medio de refajos; Marisol, a la que nunca he conocido fuerte, sino pasando de la tutela de un hombre a la de otro, demasiado deshabitada de sí misma, cree ahora que Andropov es santa Cecilia tocando el arpa mientras el resto del mundo vive entregado a la corrupción del capital y la explotación del imperialismo: son los peligros de bailar al mismo son que taconean otros.
Pero precisamente porque seguimos siendo quiénes éramos y regresando a lugar de donde salimos, aunque hayamos avanzado a ciegas en la dirección contraria, a mí me produce cierta pena que esa niña que nunca pudo serlo ya no mire con ojos de congoja, que ni la sombra de una duda le impida cuestionar lo que está defendiendo. Qué segura, Marisol, puño en alto por la Unión Soviética -aunque quizá, sea el suyo un puño en alto por lo que no le dieron-, qué tristeza de musa bolchevique a destiempo, cuando todos los rojos destiñen y hay que buscar preguntas y respuestas a a misma velocidad con que nos hiere la información que llega de una u otra parte. "Porque mi pelo ya no es el de una niña, ni mi vida tampoco". Yo no me atrevería a afirmarlo tan tajantemente."
Una semana después, el 28 de octubre de 1983 -que casualmente coincidía con el primer aniversario de la llegada del PSOE al Gobierno de España, en la sección de "Cartas al director" del mismo periódico "El Pais", Pepa Flores publicaría una réplica al articulo de Maruja Torres, en el que resaltaría que cada una elegía el papel que debían representar las intelectuales y las artista, a favor o en contra de la burguesía:
RESPUESTA DE PEPA FLORES
"En el número de ese diario que usted dirige del día 21 apareció una columna titulada "El puño de Marisol", firmada por Maruja Torres. Como lo encuentro ofensivo y degradante para mi persona, le ruego publique esta réplica, a la que me considero con derecho. Por lo visto, a Maruja Torres le caigo gorda, no le caigo nada bien, vamos, o, si no, no entiendo tanta virguería literaria con la que se goza en intentar degradarme. Pero lo que está claro que en realidad Maruja Torres no tolera, que la pone enferma, vamos, es el puño en alto; sólo comprensible en caso de viejos militantes trasnochados o de niñas de prodigio neurotizadas por la vida. Alégrese Maruja Torres; por una frase así, Franco la habría felicitado, sobre todo se la hubiera escrito hace ocho años. El puño en alto, dice Maruja Torres, es un gesto de gentes desviadas y trasnochadas o de mujeres idiotas, sometidas a pareceres de otros. Porque sólo hay, hoy por hoy, una vía para los inteligentes y los decentes -para Maruja Torres-: la vía del medio; y es que está ya uno harto, ahíto, de saber de qué va la vaina y de qué las ideologías, y qué duda cabe de que sin marxismo no pasaría esto que está pasando por todas partes... La gente decente e inteligente, hoy, tira toda por la vía del medio.
Se trata de una vía donde la única libertad que interesa, y por consiguiente se admite, es la del personalismo, la del derecho a decir lo que a uno se le antoje sobre todos los demás, degradando así la dignidad de la libertad de cada persona. Pues bien, allí donde este cauce se espesa, casi cloaca, allí milita en primer columna Maruja Torres, y desde allí ensarta tiras y tiras de encajes y florituras verbales sobre todo lo habido y por haber, sobe bidés, sobre corrupción, sobre curas, sobre fetos, sobre películas, sobre amigos geniales... Estas virguerías se empaquetan y se envían para consumo de los burgueses desencantados, de los progres ambiguos, de todos los indecisos, de los hambrientos de carnaza con nombre propio; y esta palabrería circula con rapidez de la cloaca al lector, y algo, claro, salpica siempre a la víctima del párrafo.
En el caso de mi dignidad me molesta, pero me molesta un poco menos porque está claro que se trata de opiniones procedentes de esa vía del medio que tiene su principales forofos en los esbirros del Pentágono y en las derechas pro USA (de modo que por ambas cosas puede además alegrarse Maruja Torres); sin embargo, quiero decir que ese modo de tratar mi gesto, mi libertad y la dignidad de mi brazo en alto con el puño cerrado, esa forma de comentarlo, es fascista, porque sólo intenta degradar el derecho a hacerlo con dignidad."

DdA, XX/5.558

1 comentario:

Anónimo dijo...

No entiendo [ desde hoy [ el art.de Maruja Torres ....tan Retrógrado y * Marujo *..creo que algo,? Después paso a la rectificación ...entiendo que por aquel.entonces ...M.T....* Mamaba bién *

Publicar un comentario