lunes, 22 de enero de 2024

EL GENOCIDIO EN PALESTINA Y LA ESPIRAL DE LA DESHUMANIZACIÓN



Félix Población

A estas altura de la vida y de la historia vivida, no nos puede sorprender que el casi centenar de manifestaciones celebradas el pasado sábado en el mismo número de localidades del país, no haya tenido la repercusión mediática que cabía esperar de una movilización que en algunas ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Gijón, Málaga o Sevilla) contabilizó en total más de un centenar de miles de personas, aunque el diario El País cifrase en "decenas de miles" el global de noventa y tantas. 

Es más, con referencia a la de Madrid, que reunió a 25.000 personas (50.000 según los convocantes), los pies de las fotografías publicadas en el citado periódico (casi todas a base de primeros planos) se referían a "centenares de personas", algo totalmente improcedente que debería llamar la atención del Defensor del Lector, esa sección que tiene el diario para aclarar cosas como esta. 

Nada digamos al respecto de la televisión pública, que pasó por lo noticia fugazmente como corresponde a un medio de comunicación que en los últimos años está asistiendo a una degeneración deontológica creciente , ignorando, por supuesto, la presencia en la manifestación de la exministra que exigió un alto el fuego y medidas contra el estado de Israel por la masacre que está perpetrando en la Franja de Gaza.

Con todo, y con ser estas convocatorias algo política y humanitariamente tan necesario como exponer la repulsa de la ciudadanía hacia el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino desde hace más de tres meses, me parece que la respuesta popular en nuestro país no ha sido todo lo multitudinaria que requerían las circunstancias. Pocas oportunidades habrá de salir a la calle por un asunto internacional tan lacerante como lo está siendo una masacre tan atroz en la que la mayoría de las víctimas mortales son ancianos, mujeres y, sobre todo, niños, a la que, para más horror, estamos asistiendo informativamente con todo detalle. 

Mucho me temo que ser testigos de este genocidio, no sólo sin posibilidad alguna de evitarlo, sino contando con la autorización y hasta el pláceme de la Unión Europea a la que España pertenece, puede ser el principio de una espiral de deshumanización cuyos límites no me atrevo a imaginar. Sobre todo si tenemos en cuenta -una vez visto ayer el film La ley del mar- la política migratoria que ya se está empezando a aplicar contra quienes, desde los países del hambre y las guerras, son capaces de perder la vida por buscarla más allá de la miseria y la muerte. Puede que esa espiral ya empezara con ellos y su desaparición en los cementerios marinos o en los nichos sin nombre.

DdA, XX/5.547

1 comentario:

Folía dijo...

Tienes mucha razón. Lo peor es eso, que nos deshumanizamos, que se nos acostumbra el cuerpo y el ánimo y nos movemos cada vez menos.

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