Félix Población
Allá por mediados de diciembre pasado, cuando en Galicia y en España se prodigaban las informaciones sobre las luminarias navideñas de récord, el accidente sufrido por un carguero en aguas portuguesas hizo que extraviara una carga importante de contenedores de pellets, que son unos trocitos de plástico que sirven de materia prima para fabricar cualquier tipo de cosas de este material.
A diferencia de ocurrido con el Prestige y su marea negra, cuyo percance ocurrió a la vista de las costas gallegas, la marea blanca originada por este barco sucedió bastante más lejos, por lo que podría haberse tomado medida con una cierta antelación para evitarla. Dice la Xunta que la información al respecto le llegó el 3 de enero, pero hay transcripciones de conversaciones que desmienten esa fecha.
Puede que alguien en el gobierno autonómico considerase que ese material, como los hilillos de plastilina del Prestige que dijo el entonces ministro Rajoy, no tuviera la suficiente importancia como para actuar con la diligencia debida. Pero los pellets constituyen un peligroso material tóxico que perjudica gravemente a organismos y especies marinas, por lo que, según la Comisión Europea, su toxicidad es incuestionable.
El caso es que, como pasó con la marea negra del Prestige, una vez más la diligencia y la acción ha partido de grupos de voluntarios que, desde que las playas gallegas se han contaminado, trabajan de nuevo en la limpieza de las mismas. Como lo del chapapote ocurrió cuando tanto en la Xunta como en La Moncloa gobernaba el Partido Popular, no se dio el lamentable caso que ahora se da, echando las culpas el gobierno gallego al gobierno central.
Lo que parece claro es que desde la Xunta se debió dar mucho antes la llamada de alarma para que desde Madrid se actuara con la celeridad que el caso requería. Hemos pasado del Nunca mais al Outra vez, a poco más de un mes de unas elecciones autonómicas. Por desgracia, vista la repetición del desastre en el mar y en la gestión de mismo, es más posible que haya una próxima vez.
DdA, XX/5.534
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