Félix Maraña
Media verónica
Un hombre, todo un torero,
hizo un desplante al altar,
con formas de torear,
para no decir te quiero.
Hizo mutis burladero,
como Curro en sus desplantes.
Un español de los de antes,
conservador y cristiano,
pidió a la mujer su mano,
pero ni manos ni guantes.
Se metió un cura por medio
y le dijo no te cases,
tres palabras, cuatro frases,
por zanjar asunto serio.
Y se vistió de misterio
una boda de postín,
aunque celebró festín
la multitud invitada.
Comieron, no pasó nada
y el novio se fue al confín.
La novia, rota por dentro,
recogida en su dolor,
reza con mucho fervor,
por curar el desencuentro.
La boda con el maestro,
de lujo y mucho tronío,
gente bien, que no es lo mío,
acabó en muy mala hora.
Devuelve el rosario ahora
de mi madre, que era mío.
Conservador es el cura,
de tradicional familia,
un clérigo que se afilia
a lo que fue prelatura.
La jornada, de locura,
confusos, los invitados,
los amigos, los cuñados,
los dueños del restaurante,
el torero hizo un desplante
y en los ruedos, extrañados.
DdA, XIX/5.513
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