MI ENVIDIA A LOS ANALFABETOS ES VORAZ

Diego Medrano

Mi envidia a los analfabetos es voraz, gigante, canina, enorme, perversa, atroz. Mucho envidio a los analfabetos. No inundan las casas de libros. No cargan con cajas y cajas de libros indiscriminadamente, con grave perjuicio de caídas, chinchones, torceduras y golpes. Envidio a los analfabetos. No dejan libros por ahí, marquesinas de autobuses y bancos del parque, y luego tienen que correr porque dos cholas enormes quieren besarte, agradeciéndote el regalo con la lengua fuera y las mejillas arreboladas de un fuego inextinguible. Envidio a los analfabetos. No llenan cuartos trasteros del suelo al techo con páginas gordas y lomos como ladrillos, ni hacen torretas en el baño y, en ocasiones, dentro de la bañera que no se usa, y en ocasiones dentro de armarios hasta la bandera donde no cabe un piojo ni una pobre ladilla. Adoro a los analfabetos. No andan por ahí recogiendo cajas vacías de fruta para los viajes, con dos huecos para los dedos, ni buscan envases para ese papel de aquí para allá y acullá. Los adoro. Analfabetos de casas limpias y cerebro limpio, de porno burro o peliculas de no pensar en los terciopelos digitales, mucho eructo baturro, rebuzno musical, pedo sonoro, tacos y cagamentos duros, falta completa de ducha diaria. Adoro a los analfabetos. Los envidio. Eco absoluto y vacío entre oreja y oreja; mirada larga de vaca o besugo frito. Ajenos a librerías y bibliotecas; inmunes e impermeables a Diógenes, manías, insomnios, taras, neuras. Analfabetos felices. Ordenados, deportivos, delgados, chistosos, campestres, borrachos, lúcidos, equilibrados, soplagaitas, menesterosos. Qué tropa. Una maravilla. Oro bruñido al sol. Qué tesoro. Envidio a quienes les importa una mierda la literatura, el arte, el cine, la música, etc. Máquinas del gym y del tatoo. Putos genios.

DdA, XIX/5.520