Lazarillo
Después de haber anunciado su punto final como novelista con una última obra titulada Le dedico mi silencio, en la que combina la ficción con el ensayo teniendo como escenario Perú y dándole a la música el papel de conciliadora en medio de la violencia y la crispación, Mario Vargas Llosa ha hecho lo propio con su dilatada trayectoria como articulista. Su última Piedra de toque se publicó ayer en el diario El País, el medio que acogió sus artículos en los últimos decenios y que tan generosamente retribuyó sus colaboraciones. Es justo recordar en este punto que el mismo periódico no trató del mismo modo a otros escritores iberoamericanos que, como los uruguayos Mario Benedetti y Eduardo Galeano, también fueron un día colaboradores de ese diario, hasta que su dirección desestimó sus artículos. El último artículo de Vargas, que tiene como titular el título de su columna, pretende impartir una lección a los jóvenes escritores que comienzan su andadura escribiendo artículos en la prensa diaria. Aconseja para ello don Mario decir la verdad, ya sea coincidiendo o discrepando con la línea editorial del medio en el que firmen sus colaboraciones. A este Lazarillo le parece muy claro que la verdad de Vargas coincide con la líneas editorial de El País, pero la que suscribían Benedetti y Galeano no, de ahí la permanencia de uno durante tantos años en las páginas de opinión del periódico, frente a la eliminación de las firmas de los otros. Por eso lo mejor del último artículo de don Mario es la viñeta de El Roto, que pocas veces falla con su verdad.
DdA, XIX/5.521
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