viernes, 1 de diciembre de 2023

¿CUMBRES DEL CLIMA EN UNA PETRODICTADURA?

Discurso de de Petro en la anterior edición

Félix Población

El mayor interés que puede tener para algunos ciudadanos del planeta la vigésimo octava Cumbre del Clima que se ha iniciado en la petrodictadura de Dubai es el que puede deparar, nuevamente,  el discurso del presidente de la República de Colombia, Gustavo Petro, que una vez más insistirá en la necesidad de descarbonizar la economía. Como se sabe, que sea el presidente de una petrolera, presidente a su vez del país organizador, el que presida esta edición, no garantiza que sus resultados puedan ser mínimamente esperanzadores. Esto, unido a que el año en curso ha sido el más cálido desde que se tienen registros y a que los presidentes de los dos países que más contaminan en el planeta (Estados Unidos y China) decidieran no asistir a esta edición, son indicios suficientes para pensar que estas cumbres climáticas no lograrán rebajar en grado y medio la temperatura de la tierra que habitamos, tal como se planteaban como objetivo a finales del siglo pasado, antes al contrario, como se puede advertir año tras año. Según datos de la NASA, en 1880 la temperatura media del planeta era de -0,16ºC y en 2020 el registro superaba un grado y pico. Me temo que estamos muy lejos de lo que el jefe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, dijo en la apertura de la edición de Dubai: mal se puede "urgir al mundo a promover el declive definitivo de la era fósil", cuando -según la BBC- los organizadores o secuestradores de la actual edición, así como los demás países petroleros, se servirán de la misma para hacer más negocios con el llamado oro negro. Quizá esto es lo que vino a decir el sultán emiratí Ahmed Al Jaber cuando requirió que se mencione "el papel de los combustibles fósiles" en el acuerdo final. Lo dicho, atención sobre todo al discurso de Petro, del que no tendremos noticia en nuestros medios públicos, que se limitarán a las tópicas informaciones protocolarias. Es lo mejor que cabe esperar de un evento en el que se reúnen 70.000 personas de casi 200 países para tratar de preservar nada menos que la vida del planeta, sin que después de 27 ediciones se haya hecho algo que nos haga creer en ese propósito de sobrevivencia. Sería magnífico que lo que diga Petro lo dijera nuestro Pedro Sánchez, pero no cabe esperarlo.

     DdA, XIX/5.510     

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