Lazarillo
El diario Informaciones era el que este Lazarillo solía leer cuando llegó a Madrid en los primeros años setenta. Por aquel tiempo tenía dos razones para hacerlo: la primera, porque ese periódico era el más progresista en aquellos años finales de la dictadura; la segunda, porque su redacción, administración y talleres estaban en la calle de San Roque, muy cerca de donde tuve mi primer trabajo en una empresas de artículos deportivos, de la que era propietario un tal Levín, al que fui a ver previamente en un despacho que ocupaba en un edificio de oficinas ubicado en la Gran Vía, entonces avenida de José Antonio. Ese trabajo me permitió estudiar la carrera de Periodismo en Madrid sin demasiados esfuerzos laborales. Mi tarea consistía en coger el teléfono y anotar los pedidos que recibía la empresa, que no eran muchos, por lo que, con frecuencia, me pasaba algunos ratos en la redacción del periódico, creyendo que con aquellas charlas insustanciales que mantenía con algunos empleados menores me permitirían alguna vez colar alguna colaboración. Fueron inútiles mis deseos, por más que el reportero Manolo Alcalá me diera ánimos, por lo que tuve que conformarme con ser un fiel lector que frecuentaba las páginas del periódico de prestado en un centro cultural. Sobre todo aquellas páginas amarillas del suplemento literario, cuya última página la ocupaba Torrente Ballester con Los cuadernos de La Romana, que luego la editorial Destino publicó en libro, y a quien entrevistaría pocos años después en Salamanca. Escribo esto en razón a esa memoria de mi estancia paredaña con el periódico a mi llegada a Madrid y la del excelente suplemento Informaciones de las Artes y las Letras, y aprovecho la ocasión para recordar que el diario de la calle de San Roque terminó sus días cuando este Lazarillo estaba ya en Zamora dirigiendo el periódico provincial. Al tiempo bien está que recoja el historial del periódico (1920-1983), cuya primera trayectoria fue muy conservadora, como se puede apreciar por algunas de sus portadas.
Informaciones fue un periódico de tendencia conservadora cuyo primer número salió en los quioscos el 24 de enero de 1920. Tenía su sede en la calle de San Roque de Madrid, donde compartía redacción y talleres.
En los años previos a la muerte del general Franco dio cabida a voces disidentes con el sistema. En esos años incorporó un modelo de periodismo ágil y moderno que le valió al periódico ser considerado precursor de la Transición. En esa renovación, Víctor de la Serna Gutiérrez-Répide fue nombrado Consejero Delegado, su hermano Jesús de la Serna director y el joven periodista Juan Luis Cebrián como redactor jefe y luego subdirector. Durante ese período se produjo una expansión del diario, hasta alcanzar los 74.000 ejemplares diarios en 1976, y por sus páginas alentadas por los hermanos de la Serna y Cebrián, pasó a tener el mejor plantel periodístico del momento.
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