Manuel Santana
Para los abonados a la cantinela cuyo estribillo repite incesantemente que Sumar ha perdido 700.000 votos y 7 escaños respecto a las elecciones generales de 2019, como si tal cosa fuera el culmen del apocalipsis a la izquierda del Psoe, un matiz se hace necesario; sabemos lo que se ha perdido, pero no es posible saber lo que se ha dejado de ganar como consecuencia de tomar la decisión de construir Sumar contra Podemos. Pronto olvida el antipodemismo sumita que la expectativa de voto de la coalición de 17 partidos liderados por la política mejor valorada de los últimos años en España, llegó a hacer soñar incluso con competir con el PSOE o, en el peor caso, rebasar la frontera de los 50 escaños. Cuando se habla de lo perdido, conviene subrayar que lo comparamos con el peor resultado obtenido a la izquierda del PSOE.
La pregunta, a la hora de justificar tanto lo perdido como lo no ganado, no es por qué Pablo Iglesias e Irene Montero no hicieron campaña en favor de Sumar -tampoco la hicieron en contra, tras la decapitación en los despachos, antidemocráticamente, con saña y alevosía, del icono más relevante con el que ha contado el feminismo español desde Clara Campoamor-, creer que el problema es Irene Montero, al mismo tiempo que toda la izquierda alaba el papel de José Luis Rodríguez Zapatero en la campaña, como una de las claves que han evitado la llegada al poder del neofascismo, cuando precisamente ha sido Zapatero uno de los máximos adalides de la Ministra durante dicha campaña, es no haber entendido nada.
La pregunta es por qué la política mejor valorada del país en los últimos años, al frente de una coalición de 17 partidos, mecida por la bendición de la mayoría de medios de comunicación, por los que ha sido tratada con el mismo mimo con el que trataron a Errejón cuando este se postuló en el pasado como la mejor arma de destrucción masiva contra Podemos, habiendo contado incluso con el apoyo de un Psoe que le dió el protagonismo en la réplica de la moción de censura planteada por Vox, que la envió a la ONU para agigantar su magnitud internacional, o que la ayudó a impedir primarias en Sumar adelantando las elecciones generales, se ha revelado, a la hora de la verdad, tanto completamente incapaz de mejorar el peor resultado de la coalición entre Podemos e IU, como de sorpasar a un Vox que sufrió la pérdida de 19 escaños.
La pregunta es si se convocarán (por fin) primarias en Sumar en el caso de que haya repetición de elecciones, dado que es esta una formación, para ser de izquierdas, no muy dada a las primarias -Díaz ostenta aún la única legitimidad del dedito con el que Iglesias la señaló, Errejón no las ha convocado en Más País desde que lo fundó en 2019, etc-, la pregunta es si algún temerario optimista, de darse dicha repetición, espera que Sumar obtenga más de 20 escaños, si lo que hay a la izquierda del Psoe no ceja en su obsesión de construir su peculiar sentido de la unidad basándola en la constante agresión contra la mejor herramienta que ha demostrado tener en democracia; Podemos.
¿Habrá alguien que se haga estas preguntas, habrá vida inteligente más allá de la Tierra?
DdA, XIX/5.403
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