Félix Población
No voy a sumar. El próximo 23 de julio, que por la fecha será posiblemente un día caluroso no apto para emociones de ningún tipo, el Partido Socialista conseguirá que mi voto cuente a su favor, como me parece que ocurrirá en no pocos casos entre quienes se sienten decepcionados por la izquierda o "eso" que conforman nada menos que quince partidos políticos, quince.
Lo haré porque quien lidera eso, después de haber merecido mi respeto y hasta mi admiración por su labor en el Ministerio de Trabajo, no merece al día de hoy mi confianza y porque creo que lo que pretende con su Movimiento Sumar es acomodarse a la política del Partido Socialista para así llevar a cabo -si las urnas les fueran propicias a ambos- una gestión más próxima a los intereses del sistema.
No se ejecutarían, en ese caso, las políticas que en materias como el feminismo, los derechos sociales y laborales fueron aprobadas a lo largo de esta legislatura gracias a la aportación de Unidas Podemos. Sumar pretende con su movimiento parecerse lo más posible al PSOE, porque para eso ha hecho todo lo posible para que Podemos no estuviera representado en su proyecto y para que Irene Montero, la ministra que abordó las políticas de igualdad más avanzadas de nuestra historia, fuera vetada en las listas electorales.
No creo que esto último se subsane en los días que quedan para la presentación de esas listas, porque mucho me temo que la idea de vetar a Montero fue algo decidido desde el minuto 1, haciéndole el juego a la derecha, al PSOE, al poder judicial, y a la mayoría de los medios de comunicación. Por todo esto, y porque creo que el Movimiento Sumar va a ser una mala copia del Partido Socialista, me decantaré por el original el 23 de julio, no sin que esta vez lo haga con la nariz más tapada que nunca.
Esta vez tenemos en frente a una derecha extrema que si sumará para retrotraernos a gobiernos similares a los que existen en determinados países de Europa. Si frente a esa posibilidad Yolanda Díaz se ha agenciado un proyecto tan inane en lugar de apostar por otro con fuerza, contenido y sin vetos, esa señora y su movimiento no me representan.
DdA, XIX/5.370
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