lunes, 22 de mayo de 2023

UNA EXPOSICIÓN EN HOMENAJE A LOS GUAJES MINEROS


Félix Población

Quienes trabajaron en ese sector lo sabían. También, quienes vivimos en zonas mineras. Se sabe  que la mano de obra infantil era habitual en los tiempos de nuestros abuelos en muchos ámbitos de trabajo. Mi madre no dejó de trabajar desde que salió de la escuela con muy pocos años. Sin embargo, no es lo más frecuente encontrar a personas de las jóvenes generaciones que sepan que también ese trabajo infantil existió en las minas. 

En Asturias, a esos niños se les llamaba washers. Eran los limpiadores del carbón, cuyo término inglés pasó a ser guaje en el astur-leonés, como sustantivo referido a los niños en general. Las tierras del norte de León conocen también lo que las minas han representado para sus pueblos, hasta su extinción, sin otra alternativa laboral para quienes las trabajaban y con la consiguiente sangría demográfica para las comarcas en las que estuvieron esas explotaciones, como bien se puede comprobar visitando el silencio de los pueblos en los que estuvieron radicadas. 

Como es sabido, las minas y las fábricas en general conocieron en los primeros tiempos de la revolución industrial niveles extremos de explotación de la mano de obra trabajadora porque para la codicia productiva de la patronal no existían límites con tal de lograr una enriquecimiento lo más acelerado posible. Era lógico que en medio de ese afán desordenado de riqueza, que diría la santa madre iglesia -a costa de la sufriente clase obrera-, surgieran sindicatos y asociaciones en defensa de los derechos laborales y sociales de los explotados, porque a esas duras condiciones en el trabajo se sumaban los problemas de salud que comportaban ese tipo de labores.

Por eso, y porque una institución académica como la Universidad de Oviedo se lo debía a la memoria de quienes soportaron esas penalidades, es de agradecer que esta institución haya acogido la exposición dedicada a los Guajes mineros. La memoria de los niños del carbón, elaborada por la Fundación Obra social del Montepío de la Minería y la Asociación Plena Inclusión de Asturias. En la inauguración de la misma estuvieron presentes algunos de aquellos guajes que vivieron esa explotación laboral no hace demasiado tiempo, en torno a seis décadas, cuando tenían 14 o 15 años. 

Fueron estos los últimos de un trabajo infantil que empezó a ser erradicado en nuestro país a finales de la década de los cincuenta, tras la declaración condenatoria de las Naciones Unidas en 1959. Incluso así, se registró en 1961 la muerte de un adolescente de 16 años en la Mina Miravalles, en el concejo de Aller. Tenemos constancia gráfica del trabajo infantil en España desde 1912, pero desde treinta años antes está comprobado que en las minas había mano de obra menor de edad. En 1920, cuando había en Asturias un total de 34.000 mineros en activo, más de 6.000 eran menores. 

Se les debía a los guajes mineros esta exposición, que fue muy visitada en Oviedo, y que bien podría celebrarse también en León, en la seguridad de que también contaría con buena acogida por concurrir similar y nada ejemplar pasado.

     DdA, XIX/5.354      

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