Félix Población
Con el título de Ha llegado la victoria. Final de "Las bicicletas son para el verano" hemos encontrado una de las mejores escenas del cine español, muy oportuna de recordar en la fecha del primero de abril, Día de la Victoria en el calendario de la dictadura franquista, de celebración obligada durante la misma y hasta un año después de la muerte del dictador. La conmemoración se celebraba con un gran desfile militar todos los primero de abril, salvo el de 1939 que tuvo lugar el 17 de mayo. La película aludida, dirigida por Jaime Chávarri sobre el libreto de la obra teatral del mismo título de Fernando Fernán Gómez es, también, una de las mejores del cine español y puede que la mejor contando la intrahistoria de la guerra de 1936. En el entorno de un escenario desolado en el que predominan las ruinas, arden hogueras y se escucha la música de un tiovivo al tiempo que las campanas tocando a difunto, padre e hijo comparten un pitillo a medias y mantienen una conversación en la que el progenitor le participa al adolescente que quizá le detengan y que, para sostener la familia, éste tendrá que trabajar como chico de los recados. Para ello el padre ha hablado con su vecina María Luisa, partidaria de los vencedores y a quien le hizo un favor durante la guerra. El hijo pensaba, como su madre, que todo iría mejor con la llegada de la paz, pero su progenitor le contesta que no ha sido la paz la que ha llegado sino la victoria. La charla desemboca en el recuerdo de aquella bici para el verano que truncó la rebelión militar y la contienda armada. Es en ese momento cuando el padre (Agustín González) pronuncia la última frase del film: ¡Sabe Dios cuando habrá otro verano...! Y el hijo (Gabino Diego) da la réplica con una contrariada y apesadumbrada expresión facial que adelanta su excelente porvenir como uno de nuestros grandes actores.
*Escrito el 2 de abril de 2023, un día en el que la izquierda quizá haya hecho lo posible para ser derrotada en la próximas elecciones generales por su nunca enterrada falta de unidad. Esa posibilidad está siendo celebrada en la mayoría de los medios de comunicación del país. Con todo, ojalá me equivoque en el diagnóstico y no se consume el suicidio.
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