Félix Población
No se puede construir un nuevo
país sin Andalucía. Claro que no. El voto en Andalucía puede decidir los
derroteros del país y estamos a la espera de que se convoquen allí unas
elecciones autonómicas que pueden ser, o no, una prolongación de los resultados
que se dieron en las celebradas últimamente en Castilla y León, con el acceso
al gobierno autonómico, por primera vez, de la extrema derecha.
La frase de Yolanda Díaz con la
que encabezo este comentario fue seguida de la práctica imposibilidad, según la
vicepresidenta segunda, de presentar una alternativa conjunta por parte de la
izquierda (a la izquierda del PSOE) para esos comicios, como si los mismos
estuvieran a la vuelta de la esquina o el frente común requiriese más tiempo
del que aconseja la posibilidad de un gobierno de coalición de la derecha con
la extrema derecha en Andalucía.
Sin embargo, lo último que
hemos sabido ha sido la posibilidad de que esa izquierda, con siglas y
denominaciones dispares, pueda unirse e incluso conformar un frente común con
el que llegar acaso a esa convocatoria, siempre que se lo permita el calendario.
Entre esas formaciones, de la que por ahora se autoexcluye Adelante Andalucía y
mantiene cierto recelo Más País Andalucía, se trataría de “acordar un proceso
programático conjunto y crear equipos técnicos para seguir avanzando y trabajar
por candidaturas con liderazgos sociales
frutos del consenso”, según leo.
La verdad es que resulta un
tanto enredado y tedioso leer tan prolija mención de siglas y propósitos y no
tener, de momento, una denominación común para ese frente de izquierdas. Yolanda
Díaz, llamada por ahora a liderarlo, suspendió o postergó esa gira por España
que determinaría su decisión de encabezarlo. No está claro que en Andalucía se
llegue a tiempo para confluir a los comicios autonómicos con esas formaciones
de izquierda unidas. Tanto allí como en el resto del país se debería estar
trabajando muy a fondo en esa línea.
Nos gustaría saber qué es lo
que está pasando para que esa izquierda a la izquierda del PSOE deje pasar el
tiempo mientras comprueba, según ocurrió en Madrid y en Castilla y León, que la
derecha se refuerza con la extrema derecha o llega a formar gobierno con
quienes de seguro pueden llegar a ser imprescindibles para que la derecha acceda al gobierno
de la nación. Sabemos bien a qué conduce la desunión de la izquierda y
deberíamos tener muy claro los resultados que se pueden dar si de ellos
se beneficia la extrema derecha.
DdA, XVIII/5124
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