Félix Población
No sé
el discreto lector, caso de que sea sufriente y asiduo espectador de los
telediarios, pero a mí no me suena que esta noticia hay sido difundida por
alguno de los canales de televisión de nuestro país, y eso que la pandemia por coronavirus
sigue entre nosotros: el 89 por ciento de las investigaciones penales que debían aclarar lo sucedido en las residencias de Madrid y Cataluña, donde fallecieron
miles de ancianos víctimas de la enfermedad en medio de la desatención y el
aislamiento, fueron archivadas. La información parte de una fuente, Amnistía
Internacional, de la que se sirven habitualmente esos canales de televisión para dar otro
tipo de noticias relacionadas con la vulneración de los derechos humanos. Según
el director de esta organización, las investigaciones llevadas a cabo por el
Ministerio Fiscal son “insuficientes” y no cumplen con los “estándares de
derechos humanos sobre exhaustividad y eficacia” para poder llegar al fondo de lo ocurrido en esos centros. En 129 de los casos examinados no se contó siquiera por parte de la
Fiscalía con los testimonios de ninguno de los familiares de los fallecidos, y
en Barcelona, concretamente, las denuncias fueron archivas sin reparar en las
declaraciones los profesionales de los centros. “Tienes la sensación de que
nadie te escucha, de que no quieren saber, de que nadie se hace eco. La
continua negación de los hechos, la desinformación y la mentira en la que
vivimos causa mucho dolor", contaba Ángela Arreba, cuya madre falleció el pasado abril, meses antes de
que Isabel Díaz Ayuso vetara la
comisión que pretendía estudiar dichas muertes.
Amnistía Internacional insta a que se cree una comisión de la verdad en el
Congreso ante la muerte de 35.000 personas en las residencias, sin que hasta la fecha haya
ningún responsable. Si nada se mueve en este sentido, pasa el
tiempo y nuestros representantes políticos son capaces de enterrar en el olvido
esta tragedia vivida por las víctimas y sus familiares, sin mejorar la gestión
de las residencias para que la atención a los internos prime sobre el negocio
de los fondos buitre que las explotan, cabe la posibilidad de que vuelva a
ocurrir una vulneración tan flagrante de los derechos humanos en la persona de
nuestros mayores y en el mismo corazón de llamada sociedad de bienestar. El
silencio de los telediarios viene a ser cómplice también de esa vulneración.
DdA, XVIII/5071
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