domingo, 5 de diciembre de 2021

UNA CAMPIÑA SEMBRADA DE URÓLOGOS



Álvaro Noguera

Desde hace tiempo que tengo el mismo sueño. En clave de pesadilla. Lo peor es al despertar, porque me queda la sensación de que ha sido real. Os cuento.

La cama se transforma en una campiña del tamaño de veinte campos de futbol sembrada de urólogos. De miles de urólogos con unos dedos desproporcionadamente enormes. Inopinadamente el cielo se llena de ñalgues de toda condición: ñalgues de aldea, de piscifactoría, de nata montada, de pote de berzes, de mármol, descafeinades, envasades al vacío, ñalgues online, ñalgues con la ITV caducada… De pronto los dedos despréndense de los urólogos y persiguen a les ñalgues, que emiten desesperades onomatopeyes en morse.

Los cuerpos de los urólogos comienzan a sufrir sus lógicas metamorfosis, transformándose en índices de precios al consumo, en encuestes de población activa, en intención de voto, en desbarajustes místicos donde se confunde el habeas corpus con el Durex Lover, el sunsum corda con un curriculum vitae a pedales y un sine qua non con un quid pro quo, pongo por casu.

Al llegar a esti puntu, despierto, pero no de golpe; por etapes, y entonces comiencen a asaltame les dudes; ¿porqué esa puñetera costumbre de que todo tien que ser de dereches o de izquierdes?. La aerofagia, ¿Ye de dereches?, La halitosis, ¿Ye anarquista?, la galbana, ¿Ye de centro derecha?, o sea de dereches derechísimes... Por no hablar de les dudes místiques; El Espíritu Santo, ¿ye el testaferro de Dios, como afirmen los arrianos?, ¿Tu jaca, farlopa y corta el viento cuando pasa por el puerto caminito del P.P. como maldice el sectarismo socialcomunista que está dejando la patria como un solar en zona rústica no edificable?

Descubro, al mirarme al espejo, que soy mi mismo retrato; cuestión de genes, según me dice el sistema métrico decimal por whatshapp, aunque ya no ye lo mismo que haz cincuenta años, ye evidente que tengo un pasado muy prometedor. Resignación cabrona. Antes no; era rebelde hasta irritáseme les neurones, y por mi rebeldía híceme stripper y dedíqueme una temporada a la pornografía sin hilos, de la que soy inventor aunque no se me reconozca. De mi época de cantautor, allá por tierra lejana, allá por la tierra mora, en los años del acné, pa llevar la contraria no me apunté a la canción protesta. Dedicábame a la canción conformidad, que era cuando entonaba aquello de:

“Hoy tú vas tar en la gloria/ y yo voy poneme ciegu;/ mentres te como la ñocla,/ tú llámbeme el sabadiegu”.

Decíenme que el mensaje era demasiado críptico y que necesitaben expertos en descifrar la intención del poema. Muy sensible, como se puede observar, muy poca inteligencia del personal al no comprender el mensaje tan sublime del poema.

En otru orden de coses, esti añu la lotería acaba en 76, repito siete-seis. Tais avisaos, chusma, que son los años que me caen a mi desde las tres y media de la tarde del día de hoy, desarmado y cautivo. No os agradezco les felicitaciones porque me les merezco y además, piara de desalmaos, aún no depositasteis vuestro óbolo en el lugar de costumbre, Corrientes tres cuatro ocho, segundo piso ascensor.

Ya sabéis que no soy mucho de creer, pero por si acasu, que Él os bendiga.

     DdA, XVII/5029     

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