Félix Población
La convención del Partido Popular celebrada este pasado fin de semana en Galicia supuso un tirón de orejas de Núñez Feijóo a Pablo Casado por sus conexiones con Vox, aunque más que de conexiones habría que hablar de identificaciones. No se refirió en ningún caso el presidente de la Xunta de Galicia a lo que ocurrió en Málaga días atrás, cuando el alcalde de la ciudad acudió a un acto por las víctimas entre los sublevados en 1936 y supuso manifiesta exaltación del viejo régimen dictatorial. Convocado por la asociación Ahora España, su responsable en la ciudad andaluza es a su vez miembro de la Fundación Francisco Franco, en cuya web aparecen no solo la fotografía de Francisco de la Torre en el evento, sino su teniente de alcalde, la señora Porras. Dado que no es la primera vez que el primero acude a este tipo de actos, pues hizo lo mismo el año pasado en otro convocado por la misma asociación ante la prisión provincial de Málaga, cuesta mucho creer en el mensaje del presidente gallego como directriz para el Partido Popular. Feijóo subrayó que el PP no debe “caer en las trampas” de los postulados “nostálgicos”. “Nunca lo hemos sido”, apostilló antes de recordar a los presentes que el Partido Popular tampoco ha sido “xenófobo, insolidario o reaccionario. “Eso se lo dejamos a otros partidos”, apuntaló. No cabe dejarlo, señor Feijóo, porque está en su partido y tiene nombres, tanto en Málaga como en Madrid y otros ayuntamientos y comunidades de España. Esas siglas ya no responden a sus palabras, a menos que usted funde otras para creer en lo que dice y hacer que lo creamos.
Leído en las Redes
Dicen que están de moda la agresividad, el exabrupto, la violenta vulgaridad y la rudeza del partido que no nombro –el verde moco lo llama Nieves Concostrina–. ¿De verdad somos tan tristes, tan oscuros, que nos dejamos seducir (o infectar) por parásitos malhumorados, infelices, torpes y cobardes?
Lourdes Prieto
DdA, XVII/4965
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