Lazarillo
Apenas me he permitido asomarme al nuevo programa de verano que
sustituye al de Cintora en La uno de TVE, de cuyo nombre y presentadora no quiero acordarme. El grado de repulsión experimentado a
bote pronto es difícilmente superable, aunque nunca se sabe tratándose de
programas de televisión. Siempre habrá alguien capaz de hacerlo peor. La etapa
iniciada bajo la dirección de Pérez Tornero, en lugar de reparar los desaguisados
de la anterior, parece que intenta sobrepasarla. El Partido Socialista en el
Gobierno está concediendo favor tras favor al Partido Popular en la estructura
organizativa del ente público. Son muchos los nombres afines a los
conservadores que están en la cúpula de
la organización de RTVE. Desde el jefe de gabinete de Pérez Tornero a la jefa
de prensa, pasando por el nuevo director de La hora de La 1 y el reciente director
de programas de TVE. Todo esto está ocasionando un descenso notable de la
audiencia, según denuncian no pocos trabajadores de la casa y algunos sindicatos,
pues la calidad de los contenidos -lamentable durante la etapa anterior- tiene
su exponente mayor en ese nauseabundo programa emitido desde que fue
defenestrado Jesús Cintora al frente de La cosas, claras (sin coma en su
cabecera), cuya audiencia no dejó de crecer durante los pocos meses que estuvo en antena.
DdA, XVII/4917
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