Félix Población
El cartel de la cantante Zahara, cuyo carné de identidad responde al de
María Zahara Gordillo, fue retirado por el ayuntamiento de Toledo, gobernado
por una alcaldesa del Partido Socialista, Milagros Tolón. El concierto de
Zahara está previsto para el próximo 3 de septiembre, pero el cartel en el que
aparece la cantante sosteniendo en su brazo a un niño fue retirado por las
autoridades municipales en cuanto Vox consideró que se trataba de una “ofensa extrema
a la Virgen”, acaso por la diadema santoral que lucía Zahara en su cabello.
Me va a disculpar la señora Tolón, pero su actitud, acto seguido de que
la extrema derecha solicitara inquisitorialmente hasta la cancelación del concierto
programado, no es solo la de una timorata y medrosa alcaldesa incapaz de pararle
las ínfulas a un partido xenófobo, homófobo y machista que intenta reencarnarse
en nacional-católico para satisfacer a los sectores más retrógrados de este
país, sino la de una militante más de ese PSOE mea pilas a imagen y semejanza
del santo Bono o el santo Page, incapaz de defender la libertad de expresión
cuando un partido neo-franquista estima que con su ejercicio se ofende a la
religión católica.
La señora Tolón sabe muy bien que Vox no hace eso por erigirse en
paladín y defensor de los sentimientos religiosos, siempre respetables, sino
porque sobre Zahara pesa la condena de ese partido por haberse atrevido a
gritar sobre un escenario lo que los sentimientos de tolerancia y respeto en
una democracia madura deben tener bien claro y no forman parte del ideario pregonado
por la extrema derecha allá donde ésta campe.
Bestias llamó Zahara en un reciente concierto en a Coruña a los que
niegan, desde el poder, la violencia machista. Bestias a los que cambian la
sanidad pública por la “libertad”, bestias a los que llamaron
maricón a un joven gallego antes de asesinarlo a golpes en una calle coruñesa,
bestias a los que niegan la violencia homófoba, cuyos ataques
proliferan cada vez más. Bestias a los que violan, a los que acosan, a los que
odian.
Es posible que la alcaldesa Tolón desconociera esos antecedentes
combativos contra la intolerancia fascista de la cantante contratada por su
ayuntamiento, pero que sea tan aplicada aceptando una de las exigencias
formuladas por Vox a bote pronto -sin que al menos cancelara el concierto de
Zahara- y no tuviera ni idea del pensamiento de la cantante no hace más que sumar
una agravante a su decisión.
Con gente en el Partido Socialista como la alcaldesa de Toledo se
entiende buena parte de la Historia en aquellos países que en el pasado no
contaron con fuerzas políticas progresistas y unitarias, capaces de enfrentarse
con el suficiente vigor, previsión y convencimiento al nefasto y trágico
ascenso de la extrema derecha al poder. Toda cesión al respecto en esa lucha
contra la intolerancia y la reacción puede llevarnos hacia atrás. Entonces no
conocíamos sus consecuencias. Ahora sí. Gracias, Zahara, por tenerlo en cuenta.
La última hora DdA, XVII/4921
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