viernes, 28 de mayo de 2021

EL ARZOBISPO DE OVIEDO Y LOS ERTE DE LA BASÍLICA DE COVADONGA



Vicente Bernaldo de Quirós

   Después de haber asistido a la vergonzante actitud farisaica del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, cuyas vergüenzas han quedado desnudas en el programa 'Salvados' de la cadena de televisión, La Sexta, uno se pregunta porque este capo de la jerarquía eclesiástica que hace bullyng a monjas y residentes pobres de sus múltiples inmuebles, no ha colgado todavía los hábitos ni ha dimitido de la mitra episcopal.
  También me pregunto las razones por las que si este clérigo dispone de tantodo dinero y maneja tanto parné, como asegura el programa televisivo, aún mantiene en ERTE a algunos de los miembros de la plantilla de Covadonga y deja a merced del mercado laboral a estas criaturas del Señor para las que, al parecer, no hay consuelo eclesial.
   En su día y coincidiendo con los momentos mas duros de a pandemia, el arzobispo de Oviedo envió a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a 22 trabajadores de la Basílica de Covadonga, toda vez que el confinamiento hacía imposible que el templo y la Cueva recibieran visitas de turistas o de personas religiosas que quisieran visitar a la que dicen que es la Patrona religiosa de Asturias. Bueno, que lo dice y que es, para que vamos a andarnos con boludeces.
   Hasta aquí todo tiene su lógica. Pero si vamos profundizando en el asunto, nos damos cuenta de que la recuperación para las relaciones laborales de los trabajadores regulados fue mucho más despacio de lo habitual y aún quedan en esa situación algunos, pocos, pero algunos, de miembros de la plantilla.
   Podía ser una pizca demagogo y decir que si la Iglesia no es de este mundo porque se preocupa tanto de las cosas terrenales y permite que los empleados de a diócesis en Covadonga tengan que acogerse a un ERTE. Sería responder con la misma moneda con la que los creyentes nos agreden dialécticamente a los que no lo somos.
   Pero servidor tiene un prurito racional y entiende que en una circunstancia en la que la Iglesia carece de ingresos no pueda contribuir al pago de los salarios de sus empleados y es la magnanimidad del Estado la que se encarga de contribuir al bienestar de los trabajadores.
   Permitidme, queridos amigos que, llegado este punto, me haga un paréntesis para significar que el dinero de los ERTES lo recauda la Agencias Tributaria del dinero de los impuestos. Y como la Iglesia ha decidido que no pone ni un euro para las cosas terrenales, bueno es recordarle que su falta de colaboración económica la tenemos que salvaguardar el resto de los mortales, seamos o no de la Cofradía del Niño Jesús de Praga.
   Lo que quiero decir y digo sin ambages es que con los beneficios del monseñor desahuciador que describe La Sexta, podría bien pagarles el dinero de los ERTES a sus empleados, que se lo agradecerán eternamente y además sentirán que los caminos del Señor son inescrutables, pero van en la buena dirección.
   Me avergüenza el cinismo del capo eclesiástico y de sus palmeros mediáticos que todavía le ríen las gracias Sanz Montes y esperan que suba a los altares para que el turismo religioso alcance cotas importantes de visitantes y supongan un incremento de los ingresos para nuestra santa y docta Iglesia. Y no se ponen colorados, oiga.

     DdA, XVII/4860     

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