martes, 2 de junio de 2020

LA VOZ DE GEORGE FLOYD SE HARÁ CANTO



Lazarillo
Tenía 46 años años, mucha vida aún por vivir, era negro y un policía blanco lo detuvo poniéndole una rodilla en su cuello, con todo el peso de su inhumanidad. Transcurrieron así los nueve últimos minutos de una vida humilde. Otra vida que no lo fuera nunca podría acabar así. Esos nueve minutos puede que lleguen tener mucha trascendencia, no solo en la historia de un país donde esos hechos se repiten con excesiva frecuencia, sino quizá en la del planeta, porque estamos en medio de una pandemia cuyo registro de víctimas mortales es especialmente numeroso entre la población afroamericana y latina. Tengo la confianza, al escribir este comentario, de que las últimas palabras de Floyd quizá lleguen a ser un poema y hasta un himno. El planeta, que cada vez respira peor, tiene necesidad de escucharlo y hacerlo materia de canto y lucha contra quienes están abusando de la fuerza bruta para apagar su aliento, vital para todos:



“Es mi cara hombre/No he hecho nada grave, señor
por favor/ por favor por favor, no puedo respirar
por favor, hombre/por favor, alguien/por favor, hombre/ No puedo respirar/ No puedo respirar
por favor/ (inaudible) hombre, no puedo respirar,/ mi cara/solo levántate/ No puedo respirar/ por favor, una/rodilla en mi cuello/ No puedo respirar
/mie*da/ Voy a/ No me puedo mover/ mamá
mamá/ No puedo/ mi rodilla
mi cuello/No aguanto más
No aguanto más/Soy claustrofóbico/ me duele el estómago
me duele el cuello/ todo me duele
dame agua o algo/ por favor
por favor
No puedo respirar, oficial/no me mate
me van a matar, hombre/ dale, hombre
No puedo respirar/ No puedo respirar
me van a matar/ me van a matar
No puedo respirar/ No puedo respirar
por favor, señor/ por favor
por favor/ por favor, no puedo respirar”

DdA, XVI/4516

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