Siete hipótesis de un profano -ignorante pero no estúpido-, que no se excluyen entre sí y pueden ser combinadas acerca de la pandemia del coronavirus.
Jaime Richart
Advertencia a modo de introducción:
Quienes nos acusan ordinariamente de
“conspiraparanoicos” porque hacemos conjeturas lógicas de acuerdo con la
perversidad del poder y la historia de la infamia, ahórrense el reproche. Nos
alegramos mucho de su fe en el poder, sobre todo cuando están en él los suyos,
pero también nos alegramos de su ingenuidad infantil creyendo a los medios de
comunicación “oficiales” u “oficialistas” que se hacen cómplices del poder y se
arriman siempre al que más calienta. Y nos alegramos, porque así se equilibra
la balanza entre dos propensiones opuestas en el ser humano: una, la de aliarse
con el más fuerte; la otra, darse a la sospecha. Pero tengan en cuenta, como
sólido soporte para la desconfianza, el efecto que producen las esporádicas
“desclasificaciones” de los poderes omnímodos del mundo. Desclasificaciones
que prueban inequívocamente que durante muchísimo tiempo el mundo estuvo, y
ahora lo está en otras cosas como lo que está sucediendo, miserablemente engañado.
Pues bien, después de habérsenos
engañado bellacamente tantas veces a lo largo de un siglo, y como más étonants
y mundialmente conocidos hechos y acciones: WTC, Torres Gemelas, Bin Laden, ocupación por razones imaginarias de Afganistán; supuestas armas de destrucción
masiva, ocupación por razones imaginarias de Irak, ocupación por razones
imaginarias de Libia... Y en España: los GAL, golpe de estado supuestamente
auténtico de 1981 para robustecer
las figuras del monarca y la monarquía introducida tramposamente en la
Constitución; maniobras ilícitas de los ministerios de Interior, Villarejo,
comisiones, comportamientos indecentes y adulterios del ex rey... Todo ello
tapado, oculto, callado durante años. Y tantos y tantos engaños, tergiversaciones,
conspiraciones, montajes, insidias, complots, preparados a la carta,
sacrificios ordenados del fuego amigo, a lo largo de la historia. Amén de todo
cuanto de canallesco ha sucedido, por lo menos desde el imperio Romano hasta
ayer...
Después de habérsenos engañado bellacamente
tantas veces a lo largo de un siglo, digo, asimilar a tan alta presión todo lo
que viene sucediendo desde hace menos de una semana en España y bastante más
tiempo fuera, luego reflexionar sobre lo deglutido y luego sacar una conclusión
no material sino moral, puesto que los datos materiales que se van facilitando
al mundo y a este país nacen espurios, viciados de una total desconfianza de la
ciudadanía hacia el Poder, hacia los poderes públicos del planeta y por supuesto
hacia los de España, sean quienes sean quienes lo ostentan o detentan (y por
ello no me interesan), de manera asimismo provisional y a propósito de
lo que está pasando se me ocurre lo siguiente:
En primer lugar, que la actitud frente a la
gripe (porque por mucho que insistan en la etiqueta del virus de esta
temporada para amplificar el efecto pánico, es una gripe como todos los años
-la pasada temporada fueron 15.000 los fallecidos, según redacción
médica.com) es infame y propia de una sociedad en absoluta decadencia.
Enfermedad ésta, la gripe, que se ha cebado siempre (reléveseme de estadísticas
y datos históricos) con los más débiles orgánicos, los mayores con patologías previas,
y muy ocasionalmente con sanos en apariencia, jóvenes y niños: “lo normal”. Se dice que
la Naturaleza es sabia. Y así lo considero. La Naturaleza actúa así, hágase lo
que se haga para evitarlo. Las vacunas -está también demostrado-, en ciertos
casos son supuestamente eficaces -supuestamente, porque tampoco sabemos si sin
ella tampoco se hubiera contraído-, y en cambio, de consecuencias funestas en
otros muchos casos. Lo cierto es que una vez superada la gripe, la sensación de
fortaleza y bienestar es significativa. Cualquiera que la hubiere pasado lo
puede atestiguar.
De modo que, para personas de mi edad
avanzada pero despiertas, que no hemos sucumbido al anonadamiento o adormecimiento
que a veces acompaña a la senectud ni al entontamiento en el que a menudo bulle
la juventud, esta reacción de los gobiernos de las naciones y por supuesto el
de España en coordinación con ellos, está totalmente
injustificada
u obedece a razones ocultas que tienen mucho que ver con la relación de
situaciones artificialmente creadas por “el poder” y sus fines abyectos;
inmisericorde siempre con la población débil, con los excluidos sociales, con
los desahuciados, con los sin techo, con las hambrunas en otros países... Y a
todo lo relacionado, se suma el eco, primero de Taro Aso, ministro japonés de Finanzas,
que hace unos siete u ocho años dijo en la televisión: “las personas mayores
deben darse prisa y morir” para aliviar los gastos del Estado en su atención
médica, con probables efectos suicidas en un pueblo muy proclive al suicidio,
por honor y por la propia sociedad. Y no mucho después, el eco de Christine
Lagarde, entonces Secretaria del FMI y hoy al frente del Banco Central Europeo,
poco después
que Aso: "los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía
global. Tenemos que hacer algo, ¡y ya!".
Todo lo que da lugar a una batería de interrogantes acerca de esta reacción
masiva de los gobiernos al estar “implicados” todos los países occidentales,
y al emerger en esta España de talante represivo de quien dispone de un bastón
de mando que dice hacer todo lo que hace... “por
nuestro bien”; lo que a su vez dan lugar a las siguientes hipótesis de un
profano. De un profano, ignorante pero no estúpido que desde más o menos la mitad
de su edad, desconfía de todo colectivo humano o divino organizado: desde el Vaticano, pasando por las solemnes Comunidades,
Científica, Médica, Farmacéutica, Económica... hasta la OMS.
Las hipótesis, que no se excluyen entre sí y
pueden ser combinadas son:
La primera hipótesis es que estemos ante un
golpe de muerte deliberado a la Sanidad pública mundial por parte del
neoliberalismo que sigue consignas de sus think tanks, y/o del Club Bilderberg que se reunió ayer precisamente.
La segunda es que estemos ante una estratagema
de la ingeniería financiera del neoliberalismo, para “protegerse” paradójicamente del crack como el de
1929, que viene anunciándose hace tiempo. Si bien esa supuesta protección puede
actuar en boomerang más como liquidador del “sistema” o como estertor
antes del fallecimiento del sistema.
La tercera es que estemos ante “un escape”
involuntario del virus del Laboratorio chino de Wuhan, como ocurrió en Chernobil.
La cuarta es que, pese a mostrarse tan
obsecuente con los países afectados, estemos ante una “andanada” de China, en su real o supuesta guerra
microbiológica con USA.
La quinta es que, en esa misma real o supuesta
guerra microbiológica, estemos ante la
misma estratagema pero de USA cuyosthink tanks
son temibles y más con un neonazi como Trump; o, quién sabe,
si en complicidad con China.
La sexta es que estemos ante una operación
combinada entre USA y China con el fin de diezmar la población mundial y éste
es el primer embate
Y la séptima es que estemos ante una
simple reacción de psicosis colectiva inducida por los poderes en
la sombra del mundo (Bilderberg y las corporaciones más potentes del planeta), en línea con esos dos principios del “control social” que estudia la Sociología: “crear un
problema para pasar inmediatamente a solucionarlo”, y “es
doloroso, pero necesario”...
En fin, que, al menos en España, que va
a rebufo siempre de las demás naciones por su paralización en el plano político
y en el plano social durante 40 años de dictadura, y siempre con luchas
intestinas, unas veces bélicas y otras de política de baja estofa, tras esta
pesadilla, vendrá la otra
pesadilla de un país económica y
socialmente devastado. Y luego está por ver qué pasa en este nauseabundo
sistema económico que, por sí fuera poco va a tener que hacer frente, sin
tiempo para reaccionar, al cambio climático y a la escasez progresiva de agua
potable, de la que desde hace mucho se vienen apoderando entidades privadas
dedicadas oficialmente a otros fines que les encubre...
Por último, creo que esa orden que se ve en la
pantalla de la televisión, “quédate en casa”, gubernativa o mediática, no lo
sé, es en realidad un mandato subliminal. Lo que dice sin decirlo es: “quédate
en casa, y si no contraes la gripe este
año pégate un tiro por el bien de España y por el de la Humanidad”.
DdA,XVI/4440
No hay comentarios:
Publicar un comentario