En su artículo de hoy en el diario La Voz de Asturias, Enrique del Teso nos
habla del relato y lo deleznable, teniendo en cuenta no solo la acepción que la
Real Academia de la Lengua añadió en 2001 a este calificativo como propio
de lo despreciable e indigno, sino la que según su etimología proviene de la
raíz latina lenis, suave,
resbaladizo, deslizante, inconsistente, y también propenso a disgregarse y
deshacerse. Así, según el articulista, Ciudadanos sería un partido
deleznable, en el sentido de que tiende a su extinción, mientras que Casado
equivaldría al punto en que se cruza lo indigno, lo inconsistente y lo
propenso al desliz. Del artículo, que
conviene leer íntegramente, este Lazarillo destaca sobre todo lo que sigue:
"Lo
tranquilizador es que lo deleznable se concentra en los actores de la vida
pública. Esa grasa que se genera cuando se junta gente en la que flotan como en
una emulsión, y que llamamos sociedad y convivencia, se mantiene. Se oyen
algunos gritos, pero en general la sociedad no se parece a ese abismo de
catástrofes que silban en los debates y los titulares de la prensa de la
caverna. Lo preocupante es que sí está ocurriendo que la política se está
convirtiendo en un conjunto de polémicas e incidentes aislados. Cuando Sánchez
provocó la repetición electoral creyendo que sacaría 150 diputados no se
equivocaba. Los que decían que Errejón sacaría 9 diputados tampoco se
equivocaban. Pero la pulsión emocional que mueve el voto es tan inconsistente y
deleznable como lo es la vida pública. Lo que impulsó la atención a Errejón y
la distracción sobre Vox desapareció y se olvidó muy rápido. Franco y Cataluña
lo hicieron incluso remoto. Estamos en lo que en fútbol se suele llamar un
correcalles. La vida pública es deleznable, el pueblo no es así, pero vota así.
Donde solo hay peleas aisladas sin cohesión y donde tienen el mismo valor los
hechos y las mentiras desvergonzadas, el conocimiento y el bramido, lo único
que tenemos es un puzle con el que cada uno puede formar el relato que quiera.
Y tendrá más predicamento quien mejor lo ancle en el estado emocional de la
gente, en sus miedos, iras y afanes".
"Pero
conservo un pálpito positivo. El Gobierno parece haber entendido lo
fundamental: cohesión sin fisuras, rapidez y pulso firme y centrarse en los
hechos reales. Con los antecedentes de los actores, eran de temer otros rumbos.
De momento, parece lo más orientado de la vida pública, y no mal orientado. Más
nos vale. En un ambiente deleznable y correcalles, como se decía en la
desopilante comedia Arsénico por compasión,
cualquier cosa puede ocurrir y ocurre con frecuencia".
DdA, XVI/4395
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