Félix Población
Me hago eco de los publicado bajo el seudónimo de El Insurgente en la publicación KaosenlaRed.net. En ese texto se nos recuerda algo que ocurrió no hace mucho en este país con quienes como Diego López Garrido, Cristina Almeida y aquellos otros que desde una organización llamada Nueva Izquierda se fueron de Izquierda Unida para entenderse con el PSOE. También coincido en recordar a Karl Marx cuando citó lo dicho por Hegel acerca de que la historia se repite dos veces, para añadir que una vez como tragedia y otra como farsa.
Personajillos como el de la foto y su madrina Carmena están a rebañar votos a Podemos con la jerga de costumbre en estos casos, posiblemente inspirada -si no dictada- por Ferraz: «Izquierda centrada», «progresismo no dogmático», «centrarse en los problemas de la gente y no en utopías», «moderación», «ecopacifismofeminista muy europeo», sonrisas y americanas, y buen rollo para atraer a un electorado que no quiere estridencias sino asentamientos en el régimen de las miles de fosas sin nombre de las víctimas de la dictadura, el régimen del dictador en su santo sepulcro.
Si Sánchez se ganó la militancia al volante viajando por España, después de la defenestración de la comisión traidora de su partido, el ahijado de doña Manuela va a tener que hacer lo propio para ganarse a las bases que se puedan ajustar a su traición. Para eso está desde que se rompió el tobillo la exalcaldesa de Madid y dio paso a la derecha trifachista en la capital del reino, que nada más llegar se apresta a combatir la memoria democrática. Todo dependerá de si Sánchez e Iglesias no llegan a ningún acuerdo y en noviembre se impone una vuelta a las urnas.
En este caso, Más Madrid se convertirá en Más España, o similar, y tendremos frente a la derecha tripartita una izquierda o así tripartita, con la diferencia -tal como prevé el Partido Popular y ensayó en Navarra- de que la derecha se unirá en la fórmula España Suma, y después de conquistar la capital del Estado hará lo propio para conquistar el país, algo inimaginable cuando surgió Podemos -¿recuerdan?-, buena parte de la sociedad confesaba sentirse indignada y era más que improbable llegar a la situación en la que el asomo de un partido de ultraderecha podía significar el reforzamiento de una derecha corrupta y la incapacidad de la izquierda para unirse y hacerle frente.
Hay quienes confían en que el PSOE y Unidas Podemos llegarán a un acuerdo en la segunda convocatoria de septiembre. Yo me temo que no y que todo lo que preveo ocurrirá. España Suma tiene las de ganar en noviembre y para que eso ocurra sólo basta reparar en lo ocurrido en Madrid, sin que el traifachito sumara previamente sino a posteriori. Una derecha unida que se presente unida ante las urnas incrementará sus posibilidades ante una izquierda incapaz de lo mismo.
A la hora de buscar responsabilidades habrá que encontrarlas en dos líderes, Pedro Sánchez como presidente del gobierno en funciones -traidor a sus propias palabras-, y el tipo de la foto, traidor al partido que le eligió como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Ambos actores representan ahora -tal como dijo Marx- una farsa.
PS. Esta es la cuestión: Pablo Iglesia reta a Pedro Sánchez a explicar públicamente si bancos, IBEX y medios vetan su presencia en un gobierno de coalición. No hace más que recordarle lo que Sánchez dijo a Évole en su día en una entrevista en La Sexta, esto es, que recibió presiones para que negociara con Ciudadanos y no con Podemos.
DdA, XV/4230
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