Auschwitz,
Bergen-Belsen, Buchenwald, Birkenau, Dachau o Treblinka – los nombres
de estos campos de concentración del régimen nazi son conocidos por
muchas personas en Alemania y en todo el mundo. Nombres que son
sinónimos de la inhumanidad de la dictadura de Hitler. Mucho menos
conocido es el campo de Stutthof, cerca de Gdansk. Pero allí los nazis
actuaron con la misma crueldad desde septiembre de 1939 hasta mayo de
1945. Alrededor de 110.000 personas fueron encarceladas en este campo de
concentración, alrededor de 65.000 no sobrevivieron. Por algunas de las
atrocidades que tuvieron lugar en el campo, un ex soldado de las SS
tendrá que responder ante el Tribunal Regional de Münster a partir del
martes. El cargo: complicidad en más de cien asesinatos. De 1942 a 1944,
el acusado, hoy con 94 años de edad, perteneció al personal de guardia
de Stutthof.
Se
llegó a él revisando documentos del campo de concentración de Stutthof.
Se habían evaluado listas de lavandería y otros documentos, “desde los
cuales se podía llegar a identificar a las personas que actuaban allí
como guardias”, dice Daniel Stenner, portavoz de prensa del Tribunal
Regional de Münster, a Deutsche Welle. Además de vigilar el campamento,
se dice que el acusado también dirigió destacamentos de trabajo con
prisioneros fuera del campamento.
Según
la acusación, se le acusa de complicidad en los siguientes delitos en
particular: En junio de 1944, los miembros de las SS habían asesinado a
más de 100 prisioneros polacos en la cámara de gas utilizando el gas
venenoso Zyklon B. Al menos 77 prisioneros de guerra soviéticos heridos
fueron asesinados de la misma manera poco después. “Como parte de la
llamada ‘Solución final del problema judío’, los miembros de las SS
mataron a un número desconocido -probablemente varios cientos- de
prisioneros judíos desde agosto hasta finales de 1944, tanto en la
cámara de gas como en los vagones de la vía férrea de vía estrecha que
conducía al campo”, continúa la acusación. Y: Las condiciones de vida en
el campo habían sido tan malas que varios cientos de prisioneros
murieron de enfermedades como la fiebre tifoidea y el tifus.
La
acusación no se reserva detalles horripilantes de la maquinaria asesina
de las SS. Varios centenares de presos que ya no podían trabajar fueron
sistemáticamente asesinados por disparos en la nuca. “A los prisioneros
se les dio la impresión de que se sometían a un examen médico.” Tuvieron
que pararse frente a un poste de medición fijado a la pared, detrás del
cual se encontraba el soporte para una pistola silenciada en la
habitación de al lado. Además, los médicos y paramédicos de las SS
asesinaron a los prisioneros, incluyendo a muchas mujeres y niños
judíos, “inyectando gasolina y fenol directamente en el corazón”.
El
acusado admitió haber estado de servicio en Stutthof, pero niega estar
involucrado en los asesinatos. La fiscalía lo acusa de promover
deliberadamente los crímenes con su servicio como guardia. “Si uno
descubre que un guardia de seguridad estaba involucrado en la estructura
del campo y sabía lo que estaba pasando, eso puede ser suficiente para
una condena”, explica el portavoz de prensa de Landgericht, Stenner.
Jens
Rommel, jefe de la Oficina Central para la Investigación de Crímenes
Nazis en Ludwigsburg, hizo una declaración similar a DW. Lo especial en
los juicios de hoy contra ex nazis consiste en que ya no sería necesario
determinar de que forma alguien pudo estar directamente involucrado en
asesinatos individuales. “Las acusaciones se orientan a demostrar que
como parte del personal del campo, apoyaron los asesinatos sistemáticos
en un campo de concentración.” Se trata de un nuevo enfoque, “que
pretende penalizar esta pequeña parte, que debe ser soportada por un
individuo, pero legalmente”.
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