Félix Población
De tan cantada, no son
muchos los que saben del autor de una letra tan popular como es De los álamos vengo. Se trata de Juan Vásquez,
sacerdote pacense fallecido en Sevilla en 1563, del que ayer se nos ofreció un
maravilloso concierto en la segunda jornada del Festival de Música Antigua de
Gijón.
Los Afectos Diversos
(AD), bajo la dirección del gijonés Nacho Rodríguez, satisfizo plenamente al
público que abarrotó una vez más el recinto del Antiguo Instituto Jovellanos
con algo más de una veintena de canciones del citado compositor, tanto tiempo
olvidado y últimamente más reconocido, gracias entre otras iniciativas a
trabajos como este de AD, que ha publicado un disco con el título de una de las
piezas: Si no os hubiera mirado.
Con Nacho Rodríguez
como conductor y tenor , intervinieron en el recital la soprano Cristina Teijeiro,
el contratenor Flavio Ferri-Benedetti, el tenor Luis Toscano, Manuel Jiménez
como barítono y Javier Cuevas como bajo. Los instrumentos estuvieron a cargo de
Manuel Minguillón (vihuela), Manuel Vilas (arpa de dos órdenes) y Sara Ruiz (violone
en Sol).
Según el director de
AD, lo que hace de Vásquez un compositor notable, comparable con Morales,
Josquin o Gombert, es la combinación de inventiva, el dominio de la escritura, la
capacidad expresiva y la calidad y belleza de los textos, así como su
musicalización tanto en su vertiente popular como culta: Soledad tengo de ti, / Tierra mía do nací./ Si muriese sin ventura,/
Sepultadme en alta sierra/ Porque no extrañe la tierra/ Mi cuerpo en la sepultura;
/ Y en sierra de grande altura, / Por ver si veré de allí/ Las tierras a do
nascí.
El recital se inició
con la canción de amor que abre el disco, a cargo de la soprano Cristina
Teijeiro, que conmovió al auditorio por la brillante y limpia belleza de su voz: Si n’os uviera mirado,/ Pluguier’a Dios
que n’os viera; / Porque mi vida no fuera/ Cativa de su cuidado. Entre ésta
y la última de la cantadas, Morenica me
era yo, todo el concierto respondió a un clima de entrega y calidad y calidez
magníficos, con especial relevancia a mi juicio en canciones como Serrana, dónde dormistes?, Los ojos de Marfida, Por qué me besó Perico, Si me llaman a mí me
llaman, Qué razón podeís tener, Con que la lavaré, Si el pastorcico es nuevo.
También es de destacar la canción para
vihuela y contratenor Quién me otorgase,
señora, con un sobresaliente trabajo de Ferri-Benedetti, con el que
tuvimos el gusto de charlar brevemente al término del concierto acerca de la necesidad de transmisión de los afectos (Monteverdi), que tiene en la música y el canto tan esencial clave movilizadora, sobre todo en los tiempos que corren.
El público despidió a los integrantes de AD con entusistas aplausos, que obtuvieron como compensación la adecuada y celebrable propina: De los álamos vengo, a cargo de la excelente soprano Cristina Teijeiro.
DdA, XIV/3901
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