Félix Población
Alguien comentaba ayer en las redes sociales que hace un año el exfutbolista Fernando Hierro dejaba de entrenar al Real Oviedo por no haber logrado una buena clasificación del equipo carbayón en la segunda división nacional de fútbol. Por esas mismas fechas, más o menos, Pedro Sánchez dimitía como secretario general del PSOE por haber mantenido su negativa a la investidura de M. Rajoy como presidente del Gobierno, mientras que la mayoría de sus compañeros parlamentarios se abstenía y facilitaba esa investidura (a excepción de 14 que matuvieron su "no es no").
Transcurrido un año, Pedro Sánchez es presidente del Gobierno y Fernando Hierro dirige la selección española de fútbol, a costa en este último caso del cese del entrenador hasta ayer oficial, señor Lopetegui, a quien le cegó la codicia por ser nombrado cuanto antes entrenador del Real Madrid y llevarse las extras de La Roja, no fuera a ocurrir que alguien le birlara el puesto en el Bernabéu.
¿Qué pasó para que se descubriera al pastel, el presidente de la Federación Española de Fútbol se indignara, echara a Lopetegui a un par de días de iniciarse el Mundial de Rusia y Florentino Pérez se ahorrarse los dos millones de la cláusula del contrato que el Real Madrid debía pagar a la Federación por hacerse con los servicios del entrenador de La Roja?
A Loptegeui le había deseado la mejor de las suertes en el Mundial el efímero y recién nombrado ministro de Cultura, señor Huerta, cuya dimisión se produjo también ayer mismo por sus problemas con Hacienda. Conviene recordar la resistencia del ministro Soria, cuando se descubrieron sus corruptos negocios panameños, para entender el daño que le pueden hacer a su salud los espumarajos críticos del portacoz Hernando (no es errata).
He querido utilizar para este post la imagen que recoge al ministro dimisionario y al entrenador cesado porque en la misma hay un tercero a quien deseo, vistas las mudanzas que se dan en este país, igual suerte en un futuro próximo.
+@Dice Zarzalejos:
+@Dice Zarzalejos:
La familia Urdangarin está indignada con la Borbón, vive su parentesco como "una tragedia" y considera que Iñaki "hizo lo que le permitieron que hiciera". El Confidencial
DdA, XIV/3877
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